Sin Rodiezmo o sin diezmos

La fiesta de la minerí­a astur-leonesa dejó de celebrarse por primera vez en 30 años en septiembre de 2013.

 

Todo se divide en dos. Y la fiesta minera de Rodiezmo también. Era un acto festivo de la incansable lucha obrera en España. Y al mismo tiempo era un acto político de la cúpula nacional del PSOE, la pata izquierda del entonces bipartidismo existente. No desapareció Rodiezmo, desaparecieron los diezmos.

El primer domingo de septiembre de cada año, desde 1979, se celebraba la fiesta minera astur-leonesa en la localidad de Rodiezmo, en la pradera de La Tercia. Ese año, ese septiembre de 2013, no se celebró. Hasta entonces sólo se había suspendido en 1995 y sólo debido a la muerte de 14 mineros en el pozo San Nicolás de la empresa estatal Hunosa en Mieres, el accidente más luctuoso en la historia reciente de la minería española. El luto de los mineros y de la inmensa mayoría de los españoles sustituyó a la fiesta.

En 2013, quien organiza la fiesta, el sindicato SOMA-FITAG-UGT anunció a finales de julio la decisión de suspender el tradicional acto de carácter festivo, reivindicativo, sindicalista y socialista debido a la difícil situación económica que vivíamos y a la compleja situación en la que se encontraba el sector del carbón.

Pero la realidad nos dice otra cosa. Todo se divide en dos. Y la fiesta minera de Rodiezmo también. Por un lado, este acto festivo no sólo tenía tradición de años y participación popular masiva, era expresión y símbolo de la lucha obrera por la mejora de las condiciones laborales de los mineros. Era también una ocasión para el encuentro entre familias trabajadoras de Asturias y León. Ese Rodiezmo debe seguir vivo.

Pero Rodiezmo tenía también otro lado. Ser la tribuna política del PSOE. Se buscaban los diezmos, votos fieles y apoyos ciegos. Zapatero asistió a la fiesta hasta 2010. Solía hacer promesas, como la subida de las pensiones. Pero en 2010 estaba convocada una huelga general, Zapatero se inventó un viaje internacional y no se presentó. De no presentarse Zapatero a suspender la fiesta hay un trecho.

Un trecho que hay que llenar de hechos. Los más cercanos fueron el cierre de numerosas minas (destrucción de fuente propia de energía por sometimiento a Alemania y Francia desde Felipe González) y la lucha de los mineros, que habían agudizado las diferencias en el SOMA-FITAG-UGT. Fueron una causa, pero una causa menor.

La causa mayor fue el rechazo creciente de los votantes al PSOE, a la cúpula dirigente que había hecho de ese partido la pata izquierda del bipartidismo al servicio de los intereses de la oligarquía española y el hegemonismo de EEUU y de potencias como Alemania y Francia.

Cuando Zapatero dejó de asistir preparaba el primer recorte de las pensiones que ahora sigue con la actual ofensiva contra el sistema público de pensiones lanzada por el gobierno de Rajoy a exigencias de Washington y de Berlín. Zapatero cambió la Constitución de acuerdo con el PP para garantizar a Merkel que se pagaría la deuda pública a los bancos extranjeros antes que pagar las pensiones.

Este otro Rodiezmo, el de los diezmos, sí debía desaparecer. Y para siempre.

 

*Eduardo Madroñal, miembro de la portavocía de Recortes Cero Asturias



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