León destila patrimonio, historia y cultura.

León destila patrimonio, historia y cultura.

Ubicada al noroeste de la península ibérica, en el llano en el que confluyen los ríos Torio y Bernesga, esta ciudad de apenas 130.000 habitantes, hunde sus raíces en el año 29 con el asentamiento del campamento militar romano de la Legio VI Victrix

Foco de luchas continuas entre árabes y astures, perteneció al reino de Asturias hasta que en el año 910 el rey Alfonso III dividió el mismo en tres: Asturias, Galicia y León, reunificando en 914 los tres reinos Ordoño II y ubicando la capital en la ciudad, constituyendo el reino de León, que tuvo vigencia hasta 1230, en el que se une con el de Castilla.

León, destila historia, patrimonio y cultura. Su formidable patrimonio es fruto de ser un cruce de caminos, en el que asentaron sucesivos pueblos con sus culturas: romanos, visigodos, árabes, astures y castellanos, vertebrado por el paso del Camino de Santiago.

Pocas ciudades como ella han sabido combinar su legado histórico con la modernidad,  conviviendo edificaciones de talla internacional, con la arquitectura más vanguardista contemporánea. Allí, el arte surge al encuentro del viajero a cada paso, con una exquisita mezcla de estilos; del románico al gótico, y del renacimiento al modernismo de Gaudí, toda expresión artística tiene cabida en ella.

Su emblema es la catedral de Santa María de Regla, conocida como la “Puchra leonina”, representante del más perfecto gótico español. Levantada en varias ocasiones sobre las antiguas termas romanas, su construcción data de los siglos XIII y XIV. Estructurada por una planta de cruz latina de cortos brazos, tres naves, girola poligonal con cinco capillas y dos esbeltas torres de aguja, sus tres fachadas exteriores atesoran una colección única de esculturas.

 

 

 

 

 

 

Calificada como “sinfonía de piedra y luz”, es el ejemplo extremo de la desmaterialización del gótico, con la reducción de los muros a su mínima expresión, para ser sustituidos por vitrales coloreados, que forman el espectacular conjunto de 125 ventanales, cuyas 730 vidrieras ocupan 1.800 metros cuadrados. Conjunto considerado, junto con el francés de Chartres, como el más importante del mundo, que eclosiona su interior con la amalgama de colores que la luz exterior forma al filtrarse a través de ellas, confiriéndole su luminosidad única. 

El coro y sus sillas de nogal; el retablo con sus tablas pintadas; el museo catedralicio; el claustro plateresco y las capillas, como la de Santiago, son otros destacados elementos de este majestuoso equipamiento, resultado de las influencias europeas llegadas a través del Camino de Santiago.

Desde hace unos años, la Catedral se ilumina tanto exteriormente como interiormente, conformando uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad. 

 

 

 

 

 

Documentada en el año 966, arrasada por Almanzor, reconstruida por Alfonso V y reedificada por Fernando I y su esposa Sancha en 1063, para albergar las reliquias de San Isidoro rescatadas del Islam llegadas desde Sevilla, la basílica de San Isidoro es una de las obras maestras del románico español.

 

 

 

 

 

 

A su hija Urraca se debe la construcción del Panteón de los Reyes, en cuyo nártex  se hallan los restos de treinta y tres miembros de la corte leonesa. Sus bóvedas contienen el conjunto pictórico  al temple más importante de la Europa de la época, siendo por su excepcional calidad y estado de conservación conocido como la “Capilla Sixtina del arte románico”.

 

 

 

 

 

 

Igualmente excepcionales son sus puertas del Cordero y del Perdón, y el actual Museo, antigua cámara de la Reina, guardián de arcas, cálices y joyas de gran valor, entre ellas el “Cáliz de doña Urraca”, en continúo estudio y ya considerado por muchos historiadores como el mismísimo Santo Grial.

 

 

 

 

 

Su Claustro, el más antiguo románico de España, acogió en 1188 la Curia Real, convocada por Alfonso IX, dando lugar a los “Decreta”. Testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo, que reflejan un modelo de gobierno y de administración en el que el pueblo participa por primera vez, tomando decisiones del más alto nivel junto con el Rey, la Iglesia y la Nobleza, a través de representantes elegidos de pueblos y ciudades.  Conjunto normativo declarado en 2013 por la UNESCO “Memoria de la humanidad”, acreditando a la ciudad como “Cuna del parlamentarismo europeo”.

 

 

 

 

 

Otra de las señas de identidad de León es San Marcos, pura filigrana en piedra. Construido en el siglo XII como hospital de peregrinos del Camino de Santiago, en la actualidad alberga el Museo Arqueológico Provincial y al Hostal de San Marcos, que forma parte de la red de Paradores Nacionales. Su fachada plateresca de grandes proporciones y ricamente decorada, está catalogada como una de las más suntuosas y notables del Renacimiento español. Junto con la iglesia, sacristía, claustro y sala capitular, hacen del establecimiento hotelero uno de los más monumentales del viejo continente. 

 

 

 

 


La rica historia y el extraordinario patrimonio religioso, se complementa con su no menos extraordinaria arquitectura y patrimonio civil.  Del León romano, y de sus fortificaciones, aún quedan restos visibles en las criptas de las puertas de su recinto amurallado, acogiendo la casona de puerta Castillo del siglo XVII, el centro de interpretación y la exposición permanente sobre su pasado romano. La cerca medieval almenada de cal y canto del siglo XVI, tiene aún tramos visibles integrados en el urbanismo modernista.

Emblemáticas son sus plazas Mayor y del Grano. Epicentro de actividades oficiales y cívicas, coso taurino y lugar de ejecuciones y fastos festivos, la primera, en ella se ubica el señorial edificio del Consistorio, que sin embargo nunca llegó a funcionar como tal.  Siendo la segunda testigo mudo de la celebración de mercados, de las actividades de los gremios artesanos y de las proclamas de ordenanzas.

La ciudad cuenta con uno de los mejores ejemplos de la arquitectura palaciega del renacimiento español, el palacio de los Guzmanes. Levantado por los marqueses de Toral, sede de la Diputación Provincial, destaca por su fachada de tres cuerpos, rematada con sendas torres y su patio de doble arquería y rica decoración.

 

 

 

 


Cercano se levanta el vecino palacio del Conde Luna, familia rival de la anterior. De fachada gótica de dos plantas con arquería y torre renacentista, alberga el centro de interpretación del reino de León. 

El modernismo está representado por la casa de los Botines, del siglo XIX, diseñado por el insigne arquitecto catalán Antonio Gaudí. Actual sede de una entidad bancaria,  asemeja un castillo de cuento, con una estructura flanqueada por un foso y custodiada por cuatro torres rematadas en pináculos. 
Su diseño urbanístico, sus amplias zonas ajardinadas, sus esculturas o la delicia arquitectónica del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, son la mejor muestra de la adaptación de la ciudad a los nuevos tiempos y estilos del siglo XXI.

Ciudad intrínsecamente ligada al Camino de Santiago, que ha marcado el devenir de su historia. El eterno trasiego jacobeo es piedra angular de su memoria, embebiendo la ciudad de los aires europeístas de las diferentes épocas que los peregrinos transmitían, su historia y monumentalidad no sería la misma sin él. El Camino francés, recorre de este a oeste la provincia y de la capital nace el Camino de El Salvador con destino a la catedral de Oviedo, cuna del Camino de Santiago, el  Camino Primitivo.

La meca del ocio leonés la forman el “barrio húmedo” y su vecino el “barrio románico”. Allí dónde el líquido elemento tiene los colores blanco, rosado y tinto de los vinos, se rinde homenaje a la noble tradición leonesa de tapear entre amigos. Bares, mesones y locales musicales se superponen en las estrechas callejas peatonales de origen gremial,  cargadas de monumentalidad e historia, dónde la armonía y convivencia de leoneses y foráneos se perpetúa durante horas, convirtiendo el acontecimiento social en un referente turístico.

 

 

 

 

 

En ellos se degusta lo mejor de la gastronomía leonesa. A las gratuitas y generosas tapas, con especialidades por establecimientos, se suma la oferta de los suculentos cocidos maragatos, botillos bercianos, embutidos de la montaña, cecinas de vaca, caballo y chivo o las mantecadas astorganas, todo ello con los vinos de las diferentes denominaciones de origen protegidas con las que cuenta la provincia.

En el barrio húmedo vivió Genarin, pellejero de profesión, amigo del vino, de los prostíbulos y de la buena vida, que murió en una Semana Santa atropellado por el primer camión de la basura que compró el Ayuntamiento en 1929. Los noctámbulos leoneses del Jueves Santo, decidieron rememorar cada año a aquel hombre.  Si las procesiones de  Semana Santa es uno de los reclamos turísticos de León, el entierro de Genarin es su cara pagana, concentrando a miles de jóvenes de toda España, que recorren y disfrutan del barrio en auténtica procesión devota festiva.

Historia, arte, cultura, gastronomía y ocio se dan la mano en un mestizaje insólito y espontáneo en la capital del antiguo Reino de León, ciudad a la que –como otras muchas- la llegada del AVE en septiembre de 2015, le ha servido para situarla en el mapa turístico del tercer destino mundial. 

 

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