Fin de curso en el San Gregorio

Ayer noche asistí a la espicha que todos los años celebran los residentes universitarios en el Colegio Mayor San Gregorio como fin de curso, solo que en esta ocasión fue para dar un homenaje sorpresa a quien durante los últimos dieciocho años fue administrador de los colegios mayores, el funcionario Julio Pardo quien se encontró con la sorpresa no solo de que acudiera el rector Vicente Gotor, acompañado de varios vicerectores y del director de deportes de la universidad Miguel del Valle, sino también amigos de toda la vida como el concejal Emilio Huerta Triqui, José Santamaría, Manolo Mieres, Enrique Zapico, José Carballeira, Chus, Carmen y otros más. El vicedirector del colegio Jon Larrazabal, un majo estudiante vasco, le entregó una placa en nombre de todos y el rector una cartera con el emblema de nuestra principal institución docente. Julio Pardo es toda una institución de la universidad asturiana en la que lleva treinta y seis años y con el que llegue a coincidir como funcionarios que somos en la misma. Incluso trabajé con su padre, Donato Pardo, bedel en el rectorado y con el que viví, en tiempos del rector Teodoro López-Cuesta, interesantes experiencias en aquella universidad de los años 80 que llegó a tener 44.000 alumnos frente a los 24.000 actuales.

 

No faltó tampoco ayer otro veterano compañero, Rogelio García Ania, de quien llevo muchos años convencido de que ha descubierto el elixir de la eterna juventud. Después del actor Arturo Fernández -más o menos son de la misma quinta- es de lo más elegante y marchoso que anda por ahí. Como era de esperar nuestro amigo Julio Pardo se emocionó pero quien más se lamentaba era la directora de colegios mayores, la psicóloga Ana Bernardo, que debe de cubrir una plaza nada fácil máxime cuando está previsto que en el próximo e inmediato curso se reabra el colegio mayor América que completará la oferta de plazas para universitarios con el San Gregorio y la residencia del nuevo campus de Mieres. Debo reconocer que la profesora de la facultad de Psicología Ana Bernardo viene realizando una excelente labor como directora de los colegios mayores y siempre que acudo, como ayer, al San Gregorio, palpo el buen ambiente existente. Por supuesto que ayer tampoco faltó el presidente de los ex alumnos gregorianos el profesor de instituto Marcial que siempre termina cantando con el rector y acompañantes el marchoso himno de los gregorianos. Pues nada, amigo Julio, a disfrutar de la jubilación que según dicen los expertos viene de júbilo aunque con los recortes no se si algún día, a lo mejor no muy lejano, se convierte en tristeza. Esperemos que no.

 

Debo referirme también esta mañana a la toma de posesión del nuevo magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, el notario ovetense afincado en Gijón Angel Aznarez. Cubre la plaza vacante desde hace más de dos años por fallecimiento del que fue abogado laboralista José Manuel Buján. Persona muy conocida e imbricada en la sociedad asturiana tiene un curriculum de esos que quita el hipo. A su toma de posesión asistieron el presidente de la Junta General del Principado Pedro Sanjurjo, los diputados Fernando Lastra, Francisco Alvarez-Cascos, Agustín Cuervas Mons, el consejero de la Presidencia Guillermo Martínez y el miembro del Consejo General del Poder Judicial, el asturiano Alvaro Cuesta quien manifestó que Angel Aznarez es un gran jurista, con conocimientos profundos, con una trayectoria profesional de excelencia y un alto nivel y rigor jurídico”.

El nuevo magistrado en sus palabras no pudo ser más claro ni más directo: “Tendré el mismo trato para los aforados que para cualquier presunto delincuente sin establecer categorías especiales“. Además de felicitarle solo espero que sus nuevas responsabilidades no nos priven de los artículos costumbristas que sobre Oviedo de vez en cuando publica en la prensa local



Dejar un comentario

captcha