Colombia: Las lecciones que dejó la primera vuelta presidencial

Son varias las lecciones y escenarios políticos que dejaron los comicios del pasado domingo 25 de mayo en Colombia, en los cuales se elegía al nuevo Presidente de la República, o se buscaba refrendar un segundo mandato del actual Jefe de Estado.

 

La primera es que a simple vista, los colombianos no están tan entusiasmados con el actual proceso de paz entre el gobierno y las Farc, y por tanto, el apoyo a esta apuesta de reconciliación declinó en favor de un candidato que como Óscar Iván Zuluaga, es de línea dura en dicho tema, y que prometió que, de ganar la Presidencia, le dará al grupo armado ilegal un plazo de 8 días para cesar toda acción terrorista y hostil contra los colombianos, para continuar con los diálogos.

 

Para nadie es un secreto pues, que los colombianos tienen otras prioridades por encima de la paz, como la salud, el empleo o la educación y esto se reflejó en el resultado de la primera vuelta, con una ventaja de cerca de 500 mil votos, entre Zuluaga y el candidato presidente, Juan Manuel Santos, quien perdió esta primera partida, parodiando al póker del cual es afecto el actual mandatario.

 

La segunda lección tiene que ver con los errores cometidos por el actual jefe de Estado, que no ha sabido comunicar los resultados de su gobierno y por tanto, el único mensaje o frase que se quedó en el inconsciente colectivo de los colombianos fue: el tal paro nacional agrario, no existe.

 

No obstante que el actual gobierno ha liderado procesos importantes como la implementación de la ley de víctimas y restitución de tierras, que las cifra macro-económicas del país van por buen camino, que el empleo ha cedido terreno hasta estar por debajo del 10% y que el mandatario se la ha jugado a fondo por la terminación del conflicto armado con las Farc, estas tareas no han sido bien comunicadas, por lo que ha quedado en el ambiente que la administración Santos no ha hecho nada por los ciudadanos.

 

Esto tiene que llevar al jefe de Estado a darle un fuerte viraje a su campaña, si quiere ganar el segundo partido de esta final electoral por la Presidencia del país.

 

La tercera lección que dejaron estas elecciones es la oxigenante arremetida de las mujeres en el propósito de regir los destinos de Colombia. Tanto Marta Lucía Ramírez, como Clara López obtuvieron sendos capitales políticos, al quedar, tercera y cuarta respectivamente, con cerca de 2 millones de votos cada una, lo que le quitó sin duda un porcentaje importante al candidato presidente, que en 2010 había validado 6 millones de votos y en la justa electoral del pasado domingo, apenas alcanzó los 3 millones de sufragios.

 

Sin duda, Colombia se comienza a encarrilar en el grupo de países que tienen o han tenido como presidente a una mujer, como Brasil, Chile o Costa Rica.

 

Y la cuarta lección tiene que ver con qué tipo de país queremos colombianos. Si uno sin el tortuoso conflicto armado que lleva 5 décadas desangrando a la nación, o uno donde la guerra seguirá o podría recrudecerse, por otros 15 años más.

 

Esas son las opciones que se ven a la vista, de cara a la segunda vuelta del 15 de junio. Segunda vuelta en la que se observarán las coaliciones y adhesiones de partidos y candidatos perdedores, a los aspirantes presidenciales que aún están en carrera. En teoría, la candidata Ramírez podría hacer equipo con Óscar Iván Zuluaga, mientras que Peñalosa y Clara López podrían hacerle un guiño al presidente Santos. Eso sólo lo sabremos en los próximos días.

 

Lo cierto del caso es que, el próximo presidente de la República (2014-2018) tendrá que enfrentar duros retos como sacar de la crisis al sector agrícola, resucitar la salud, mejorar la educación, seguir golpeando la inseguridad y  el desempleo, y luchar más decididamente contra la desigualdad y la pobreza, además de llevar el barco hacia un destino de paz con los grupos armados, o destruir esta opción y seguir por la senda de la solución armada para llegar a la reconciliación. La denominada pax romana.

 

Esto se definirá, por parte de los colombianos, en 3 semanas.



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