Correa recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Chiclayo

Correa recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Chiclayo

Chiclayo (Perú).- El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Particular de Chiclayo, Roger Pingo, en reconocimiento a la preparación académica del Jefe de Estado ecuatoriano y su trayectoria internacional.

El Mandatario agradeció la mención y ratificó que una de las nuevas luchas que emprende América Latina es contra los poderes fácticos para lograr el cambio en la relación de poderes, áso fundamental para alcanzar el desarrollo de los países.

En un campus universitario totalmente lleno, el Presidente Correa recordó que la “política es la forma consciente en la que la sociedad toma sus decisiones (…) Seamos grandes políticos pensando como ganamos el futuro, el buen vivir para los pueblos de nuestra América”, mencionó.

Asimismo, expresó que “su Gobierno jamás ha buscado el poder para servirse de él, sino para servirlo”, al tiempo que indicó que una de las cosas que debería quitarnos el sueño es que aún somos la región más inequitativa del planeta.

 

Cuestionó cómo ahora que Ecuador emprende una lucha por limitar el abuso del poder informativo, varias han sido las voces de oposición que lo acusan de ser un perseguidor de periodistas”, solo porque se ha evidenciado claramente que tenemos poderes fácticos que quieren seguir dominando a nuestros países.

Por ello, insistió en que el cambio principal es el cambio en la relación de poderes, el mismo que tiene que transferirse de las elites a las grandes mayorías y así no siga el poder en seis familias que tuvieron para comprar una imprenta o un canal de televisión y pretender ser los grandes electores, juzgadores e incluso el poder ejecutivo que quiere imponer la agenda política de un país.

Exhortó a América Latina a estar atenta ante la manipulación de ciertos medios de comunicación que pretenden generar un estado de opinión en vez de un estado de derecho.

Finalmente, mencionó que estos abusos se pueden limitar con una gran dosis de ética y profesionalismo, sin embargo ese es también el problema que tienen que enfrentar las democracias de América Latina

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