(O cómo dejar de hacer el ridículo cantando “hasta abajo” sin saber qué significa)
¿Te suena haber coreado algo como “ella lo menea y me frontea, yo le doy hasta abajo sin pena”?
¿Y tú ahí, pensando que estabas hablando de levantar cajas del trastero? Tranquilo. Aquí llega la guía definitiva para que la próxima vez que perrees, sepas exactamente qué estás diciendo. Porque el reguetón no es solo ritmo... ¡es todo un dialecto moderno!
Palabros que tienes que manejar si quieres sobrevivir en una pista de reguetón:
PERREO:
No es un refugio canino. Es ese baile bajito y pegadito que empieza con “uy, qué calor hace aquí” y termina con “¿dónde está mi dignidad?”. Imprescindible en fiestas donde el suelo tiembla y la cadera no miente.
BELLAQUEO:
No, no es una técnica de maquillaje. Es el arte de la seducción callejera reguetonera. Miradas, movimientos, y un meneo que habla por sí solo. Dícese también de cuando alguien te baila con intención de hacer que tu alma salga por los ojos.
CHANTEO:
La parte de la canción donde el cantante se emociona, se embala, y empieza a soltar frases como metralleta. Si no te enteras de nada, tranquilo: nadie se entera. Tú solo asiente con ritmo.
FLOW:
¿No tienes “flow”? Pues no tienes nada. Es tu aura, tu actitud, tu manera de andar, hablar, vestir y mirar a alguien como si fueras Bad Bunny bajando del cielo en un Bugatti invisible.
FRONTEAR:
Actuar como si fueras el rey del barrio, aunque vivas con tu madre y uses su Netflix. Presumir de todo: coche, ropa, novia, gato… ¡todo vale!
GATA (o YAL):
No es el felino. Es la mujer que en la canción está bailando como si el suelo fuera de lava. También se puede usar como piropo “old school reguetonero” (aunque cuidado: fuera del reguetón suena fatal).
CORILLO:
Tus colegas de farra. El grupo con el que llegas, con el que te vas, y que no te juzga cuando a las cinco de la mañana acabas bailando con una planta pensando que es Karol G.
PICHAR:
Ignorar. Pasar olímpicamente de alguien. “Te texteo y tú me pichas” significa que te ignoran más que Hacienda cuando pides que te devuelvan dinero.
PIQUETE:
Actitud con un toque de arrogancia sabrosona. El “mírame, pero no me toques, que brillo” del reguetón. Quien tiene piquete entra en la disco y parece que pisa nubes.
TIRAERA:
Cuando dos artistas se lían a puñetazos líricos en sus canciones. No hay sangre, pero sí muchas frases que acaban con “-aste”, “-iste” o “-te la metí en la pista”.
BLIN BLIN:
La joyería que puedes ver desde la Estación Espacial Internacional. Oro, diamantes, relojes más grandes que un cronómetro de cocina.
JOSEAR:
Buscarse la vida. “Estoy joseando” es la forma reguetonera de decir que estás currando a lo loco... o revendiendo entradas en Wallapop.
DEMBOW:
El latido cardiaco del reguetón. Ese ritmo machacón que entra por los pies y te obliga a mover las caderas, aunque tengas lumbalgia.
CHAVOS:
Dinero. Pero dicho con flow. Si dices “no tengo un euro” suena triste. Si dices “ando sin chavos” suena como que estás a punto de sacar un hit para pagarte el alquiler.
HASTA ABAJO:
Literal. BAJAR. No emocionalmente, sino físicamente. Rodillas al suelo, columna en modo palo flexible y… rezar para poder levantarte después.
BONUS: Frases que puedes usar esta noche en la disco para parecer que hablas reguetón fluido
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“Mami, ese piquete tuyo no se compra en Zara.”
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“¿Vamos a janguear con el corillo o qué?”
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“Ella pichea, pero después frontea... clásica.”
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“Tengo el flow encendido, pero me faltan los chavos.”
PARA LOS QUE LLEGAN TARDE AL FENÓMENO
El reguetón no es solo una música, es un idioma propio, un universo paralelo con sus reglas, su historia y su club de fans con más cadera que vergüenza. Así que, querido lector confundido que creía que “bellaquear” era un postre francés… ¡ya estás listo para perrear con dignidad!
Y recuerda: si no sabes lo que estás cantando, este diccionario es tu salvavidas en medio de una fiesta reguetonera.