En buenas manos

Después de pasar el fin de semana en Cubillas de Santa Marta meditando en una entrañable casa rural y catando el vino de la Denominación de Origen Cigales, regreso al hogar y repaso los periódicos atrasados. 
Leo una entrevista en "La Nueva España" realizada a la recién elegida diputada autonómica por el Partido Popular, Reyes Fernández Hurlé, que, a su vez, en la última remodelación democrática de la formación liderada por Pablo Casado, fue proclamada secretaria del área de Educación, Cultura y Deporte en la dirección nacional del partido.
Observo en sus respuestas que tiene iniciativa propia y no se adapta para nada al cansino guión promulgado en las circulares redactadas desde la calle Génova de Madrid. Dos ejemplos a preguntas sobre la fallida investidura de Pedro   Sánchez, PSOE, como Presidente del Gobierno: "Lo de Sánchez Iglesias es una tomadura de pelo perfectamente pactada...". "...el pescado está vendido, habrá acuerdo, si es que no lo hay ya". Y una tercera reflexión para tener en cuenta y recordar en un futuro más o menos próximo: "Nosotros no apoyaremos a quien pacte con amigos de terroristas y con los que quieren romper España".
Lo dicho: iniciativa propia desde Asturias; aunque coincida con otras iniciativas, con la misma letra, escuchadas en Madrid, Murcia, Sevilla, etc. Hay independencia de criterio. Empieza bien.
Asturias, pues, en el supuestamente regenerado Partido Popular nacional, está muy bien representada. Ahí está también el incombustible José Ramón Garcia Cañal, que lleva más de treinta años eligiendo "caballo ganador". Creo recordar que cuando Sergio Marqués -quien fuera Presidente de la Comunidad y que nombró a García   Cañal como Vicepresidente y Consejero de Cooperación- recibió el acoso y el linchamiento político encabezado desde el propio Partido Popular por su "amigo" Francisco Alvarez Cascos, que desembocó en ruptura dolorosa y que llevó a Sergio Marqués a fundar URAS (Unión Renovadora Asturiana), ofreció a su Vicepresidente integrarse en la nueva formación; parece ser que José Ramón García Cañal le argumentó que no tenía otro trabajo que la política y tenía miedo, si aceptaba por fiel y agradecido, a quedar sin curro. Bien parece, vista su trayectoria, que con aquella infiel decisión José Ramón Garcia Cañal aprobó las oposiciones como funcionario perpétuo del Partido Popular. Y ahí sigue.
Estamos en buenas manos.  



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