¡Mariano, sé fuerte!

 

 

    No es acertado ni oportuno el pretender vincular, como se está haciendo, la victoria del partido conservador en el Reino Unido, con los resultados que pueda obtener el PP en las próximas elecciones generales a celebrar a finales del presente año, entre otras razones, por la diferencia existente entre los sistemas electorales, situación e idiosincrasia de ambos países. Convendría resaltar que la confianza recibida por Cameron  en estos comicios, ha sido  muy superior a la esperada.

 

     En sentido contrario, los sufragios logrados por los laboristas quedaron muy por debajo de sus expectativas, habiéndose demostrado su total incapacidad para ofrecer y convencer con su modelo económico-social, recibiendo un mayúsculo castigo que provocó que el líder de la oposición  presentase incluso su dimisión antes de finalizar el escrutinio.

 

     Indiscutiblemente los dirigentes conservadores han sabido seducir a los votantes dudosos, algo clave en las presentes elecciones, vendiendo habilidosamente los resultados económicos de los últimos años tras los duros recortes efectuados y valorando la importancia de la moderación y la continuación, crucial en un sistema de mayoría simple por circunscripción como es el británico.

 

     Muchas veces, equivocadamente, se otorga a las opiniones de personajes relevantes, actores, escritores, etc,  una influencia sobre la orientación del voto ciudadano inexistente. Las encuestas, deben interpretarse como sondeos o corrientes de opinión y punto. Es más, últimamente los votantes se sienten molestos y pretendidamente manipulados al comprobar las tremendas diferencias existentes entre las distintas encuestas, dependiendo que quien las encargue, paga, o en que medio aparecen publicadas.

 

     Retornando al paralelismo apuntado en el primer párrafo, la frase que perfectamente podría haber pronunciado Cameron de “O yo o el caos”, cabria ser utilizada igualmente por Rajoy, si su partido no estuviese acribillado por efecto de la corrupción. Una vez perdidas confianza y credibilidad, la  recuperación de ambos valores es prácticamente imposible.

 

     Los populares pretenden convencer al electorado con su lema de “El PP ha salvado España” y lo cierto es que las declaraciones grandilocuentes ya no están de moda, como tampoco  es apropiado el tratar de inocular pánico hacia las nuevas formaciones políticas emergentes. Tales estrategias son insuficientes para que Rajoy pueda acceder a una segunda legislatura.

 

     Quizá no sea demasiado tarde para cambiar o incluir a nuevos asesores que aporten otras ideas que no se centren  en recurrir exclusivamente y repetir hasta el aburrimiento  los mantras macroeconómicos y la creación de empleo que,  descaradamente, se están adjudicando cuando dicho mérito corresponde a nuestros esforzados empresarios.

 

     Aunque resulte  doloroso el reconocerlo, la pléyade de sinvergüenzas y corruptos es noticia diaria en los medios de comunicación, y la sociedad española  que nos idiota aunque algunos lo piensan, no  es rencorosa pero gozan de una memoria privilegiada, esencialmente a la hora de votar. Ahora sería el momento en que el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, le enviara un SMS al Sr. Rajoy con el siguiente texto: ¡¡Mariano, se fuerte!!



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