Aznar y los tiempos

Yo pienso que uno es criminal desde el momento en que comete un crimen y no desde el momento en que lo descubre la justicia, que eso es únicamente la consecuencia. Digamos que lo segundo -la justicia- es la conclusión y lo primero -el crimen- es la premisa.
El expresidente del Gobierno, José María Aznar, dijo en la última entrevista en Antena 3, refiriéndose a los regalos de la boda de su hija por parte del Grupo Correa, que era una insidia afirmar que la trama Gürtel le había pagado parte de la boda y se justificaba diciendo que, en aquel momento, no existía la tal Gürtel.
También, en alusión a la venta por parte del Grupo Prisa de la cadena CUATRO, dijo que Prisa no tenía inconveniente en hacer negocios con un tal Silvio Berlusconi, persona que estaba incursa en varios procesos judiciales.
Al respecto de lo anterior, dos consideraciones. Primera, cuando actuó la trama del Grupo Correa, que luego de las investigaciones policiales y judiciales derivaría en la llamada trama Gürtel, era precisamente cuando Aznar era Presidente y cuando fue invitado prácticamente todo el grupo a la boda de su hija en El Escorial. Segunda, cuando Berlusconi estaba en plenos desmanes y realizaba sus grandes bacanales no fue en el tiempo en el que Prisa le vendió la cadena televisiva, fue, seguro que por coincidencia, en el tiempo en el que Silvio Berlusconi estuvo invitado en la misma y famosa boda de El Escorial.
No tratemos de cambiar el crimen y los criminales del lugar y del día de los asesinatos, que luego el muerto huele a podre.
Tiempo después, en ambos casos, llegaron las investigaciones y se desencadenaron unos procesos que hoy están aún pendientes de resolver. Esperemos que un día se resuelvan y pongan a cada cual en su sitio



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