Histrionismo

Histrionismo

Nunca un ridículo tan espantoso como el de la relaxing alcaldesa de Madrid habrá tenido un mayor coste para las arcas públicas, todo sin que se conozca el importe total del asesoramiento a la histriónica corregidora, aunque los que tuvieron que ser de auténtico jolgorio fueron los ensayos de la diva con sus mojigatos asesores, pazguatos faranduleros que le exigirían una afectada puesta en escena y, a fuer de ser sincero, lo consiguieron. ¡Qué grotesco! ¡Qué esperpento! Para esconderse debajo de la mesa y no asomar en una buena temporada. Todo ello teniendo como primera actora a la señora Alcaldesa de Madrid, esposa del ínclito señor Aznar, divinidad que rigió los destinos de nuestra patria. ¡Mejor protagonista imposible! La estupidez es el talento para la equivocación.

 

Mientras se despilfarra en una fallida candidatura olímpica de la que seguro que hay más de un avezado que ha sacado provecho, en nuestro país se siguen produciendo suicidios de personas que van a ser desalojadas de sus viviendas por impagos y se mantienen condiciones para cobrar el subsidio especial a parados mayores de 55 años que agoten sus prestaciones, impropias de un país olímpicamente derrochador. A la vez que los precios de los productos suben, los salarios bajan y las condiciones laborales se endurecen, subsidiados empresarios ya no tienen ningún pudor en vocear exigiendo más horas de trabajo y menos sueldo, y en amenazar con deslocalizar su empresa si no se atienden sus requerimientos subyugantes.

 

Por otro lado, a pesar de estar sumidos en una crisis bancaria sin parangón producida por la mala gestión de sus directivos, todavía no hemos visto a uno de ellos en la cárcel. No es que no lo hayamos contemplado, es que resulta que a estos fenómenos (que los son como ha quedado demostrado cuando se van forrados eludiendo la acción de la justicia) se les ficha con sueldos que sacarían de la pobreza a un buen número de familias de esas a las que se les endurecen las condiciones para cobrar cualquier subsidio. Ahí tenemos el ejemplo del inefable señor Rato fichado por el señor Botín para formar parte del consejo asesor internacional del Banco Santander, seguro que con un salario exponencialmente mayor que ese subsidio especial del que dependen los más de 500 mil parados españoles mayores de 55 años.

 

Pero en las calles no se percibe la indignación que debería acompañar a estas políticas neoliberales que solo piensan en los ciudadanos como máquinas de producir beneficios, como números vinculados al déficit o a la prima de riesgo. Y en eso fundamentan los actuales gobernantes su gestión, en una apisonadora amparada en una mayoría parlamentaria que impide cualquier secesión de sus dictados, a la espera de que el tiempo y la desesperación terminen doblegando a los más reaccionarios para conseguir que se termine pasando por el aro. Por una argolla a la que cada vez puedan dar otra vuelta de tuerca, porque, ¿quién asegura que si hoy se acepta una bajada de sueldo y un aumento de jornada laboral, mañana no se volverá a exigir lo mismo?

 

Porque a estos desalmados les importa un comino que sus políticas de austeridad aboquen a alcanzar los 20 millones de españoles por debajo del umbral de pobreza para el año 2025. ¡Y eso a estos qué les importa! Ahora que han encarecido la enseñanza para que solo puedan estudiar los alumnos que disponen de medios, el acceso a los mejores puestos de trabajo les va a quedar expedito, aunque muchos de ellos sean absolutamente estúpidos. Y no es una salida de pata de banco. Muchos de estos insignes deberían guardar para la intimidad los exabruptos con los que nos agreden a diario, insultando nuestra inteligencia, de forma similar a lo que hacía con el catalán el “esclarecido” José María. Por cierto, el de las Azores, ¿todavía no ha hecho una valoración de la puesta en escena de su señora?

 

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski 

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