La vida cabe en solo un día

La vida cabe en un solo día. El amanecer es la infancia llena de luz y esperanza. Con cada minuto que pasa nuestro existencia se va llenando de nuevas experiencias. Sin casi darnos cuenta va pasando la mañana y la juventud asoma con rebeldía como debe ser a esa edad, en que todo nos parece maravilloso. Quisieramos que las horas se detuvieran al mediodía. En este punto del día, de lo que hagamos nos marcará para siempre el resto de nuestro destino. Estudios que nos forjaran un futuro. Amigos que nos acompañaran siempre. Amores, desamores, desengaños. Y también, alegrías, victorias, placeres. De todo nos vamos a encontrar en el largo camino del día/vida.
Ya la tarde asoma y las horas que nos llevaran hasta que nos diga adiós el sol, se convertirán en el éxtasis de lo soñado. Los reflejos del sol en la lontananza nos anuncian el final del otoño de nuestra vida.
Sin previo aviso la luna se deja ver y será ella la que nos acompañara hasta otro nuevo alba. Que ya no veremos, pues nos habremos ido con las estrellas. Aquellos, que tengan prole, dejaran memoria viva. Los que nos vamos como hemos vivido... solos. Serán nuestros amigos los que nos añoren.
Un largo día, una larga vida. Este articulo va dedicado a mis familiares y amigos que se han ido. Unos llegaron a conocer la luna, otros hasta el atardecer y varios ni siquiera pasaron del mediodía. Sin embargo, me dejaron su cariño, su amistad y como no, su recuerdo que conservo intacto.

Ahora, que me hallo observando la puesta del sol, esperare a que salga el firmamento para que ilumine el reloj biológico y me sumerja en el sueño eterno. Buenas noches, a todos. Feliz, soy de poder decirlo. Señal de que he vivido.



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