Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía

Paso por donde el Teatro Campoamor a mediodía y no puedo menos que acordarme para bien del concejal de Cultura Roberto Sánchez Ramos, lo mejor del tripartito sin duda alguna. Y es que la cola de ciudadanos ante la taquilla llegaba hasta La Escandalera supongo yo que en busca de entradas para "Rigoletto".

Y es que con la tradición musical de nuestra ciudad no puede ni la Opera de Milán. Además, "Rivi" acaba de tener una genialidad como es la de llevar la ópera el próximo sábado a los barrios a través de video pantalla gigante. Unos mil ciudadanos podrán ver la representación en Trubia, Naranco, Pumarín, etc. Eso es lo que llamo yo democratizar la cultura y no el elitismo que en su día Vicente Alvarez Areces, por su gijonismo confeso, impulsó desde la presidencia del Principado como el Centro de Cultura Lalaboral que ahora se está desmoronando como tantas otras iniciativas del hoy senador a quien Oviedo se le atragantó en más de una ocasión.

Fue un absurdo instalar la radio televisión autonómica en el convento de Las Clarisas en la Universidad Laboral así como un suntuoso despacho para la jefatura de la autonomía que su sucesor, Javier Fernández, pese a vivir en un chalet en el elitista y próximo barrio de Somió nunca ha utilizado, y todo por ahí para adelante. El que resiste, menos mal, pese a los bandazos sufridos, es el centro cultural Niemeyer en Avilés.

Los dirigentes asturianos en democracia nunca han sabido que hacer con el mastodóntico y emblemático edificio de La Laboral que, lo lógico, debió ser sede de la universidad asturiana en Gijón y no construir el campus que se ubica enfrente de la misma mientras la Universidad Laboral que en su día, en época de la dictadura, impulsó el "León de Fuengirola", José Antonio Girón de Velasco como magnifico centro de formación profesional, duerme ahora el sueño de la inutilidad.

Nuestras ciudades han sufrido muchas chapuzas a lo largo de los últimos 40 años. El tren, por ejemplo, se ha convertido en un trasporte público maldito en nuestra autonomía. Además del retraso en la variante ferroviaria de Pajares Renfe se está cargando lo que hasta hace poco era un magnífico servicio de cercanías, el FEVE, y aquí nadie dice nada, salvo alguna protesta de usuarios o de representantes sindicales. Gijón además sufre sin visos de arreglo otro desaguisado como es el haber sacado FEVE y Renfe, sus estaciones, del centro de la ciudad, privilegio que tienen muy pocas ciudades en el mundo, haciendo que en base a una provisionalidad que va para largo utilizar hoy el tren en la villa de Jovellanos sea incómodo y antipático para satisfacción del ALSA aunque la estación de autobuses que tiene esta empresa es también toda una vergenza.

Solo por este tema del tren había que retirar todos los honores que en su día recibió como alcaldesa Paz Fernández Felgueroso y también, de paso, Vicente Alvarez Areces. Del metro tren, ¿Para que les voy a explicar? Un inútil túnel a medio construir atraviesa Gijón hasta más allá de El Molinón por el que en la actualidad se puede circular en piragua. La actual alcaldesa Carmen Moriyón pone empeño pero sus recursos son limitados. El otrora ministro Francisco Alvarez-Cascos ya no es nadie en la política, ni nacional ni regional, y el tiempo pasa y la casa asturiana sin arreglar. El ministro de Fomento Iñigo de la Serna, ex alcalde de Santander, como está interesado en su tierra ya habla de un AVE por el Cantábrico sin que los asturianos sepamos aún cuando funcionará el nuestro. Eso sí, como somos vecinos seguro que el ministro nos visitará muchas veces cargado de buenas palabras.

Ya se sabe, Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía. Gijón al paso que va ni lo uno ni lo otro.



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