Boda del senador

 

Habemus Papa, quiero decir presidente. Teóricamente Mariano Rajoy y su esposa Viri podrán estar otros cuatro años como inquilinos en La Moncloa. Nuestro político tranquilo, Javier Fernández se enfrenta ahora a su misión más difícil, ir recomponiendo el partido y convocar el congreso para elegir nuevo secretario general para el que ya se postula, sin duda alguna, el defenestrado Pedro Sánchez. Lo cierto es que la que está saliendo de la tormenta sin perder una sola pluma es la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz, la más lista de todos.

Javier Fernández, a todo esto, tiene abandonada la presidencia de Asturias pese a los esfuerzos de Dolores Carcedo, que ha cambiado hasta de peinado, y Guillermo Martínez que sigue igual de mal peinado que diría l psicoesteta Ramiro Fernández. El presidente de la gestora asistió ayer al acto de investidura junto a su colega gallego Alberto Nuñez Feijoo y saludó muy amablemente, como es su estilo, a la esposa de Mariano Rajoy. Abajo, en la bancada de los diputados, solo una asturiana se resistía, la número uno de la lista socialista por Asturias, la riosellana Adriana Lastra, que al final, por aquello de no correr el riesgo de perder la manduca, votó abstención, eso sí, matizando que por imperativo y es que muchas veces, seas diputado o no, para mantener el sueldo hay que doblegar la cabeza. Siempre lo difícil es irse, aunque sea de momento, como ha hecho Pedro Sánchez.

Adriana Lastra y no se cansa de decir a quien quiera oírla que apoyará a Pedro Sánchez hasta su muerte política. Pienso que a los quince diputados disidentes de las órdenes de la gestora les espera un futuro complicado en el seno de su partido, el PSOE. Contra lo que quiere Pedro Sánchez el congreso para la elección de secretario general no será convocado por la gestora de manera inminente. No le interesa a Susana Díaz la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda volver pronto a Ferraz. Además, el aparato tiene que buscar candidato. Se que algunos piensan en el hombre tranquilo, el asturiano Javier Fernández, pero además de fotofóbico tiene ya 67 años. Miren por donde a ver si en una de estas el también veterano Antonio Trevín nos da una sorpresa aunque ahora ya no tiene a un José Angel Fernández Villa que le apoye. Lo lógico es que el vasco Eduardo Madina intente el asalto a la secretaría general con el apoyo del aparato.

En esta guerra fratricida que Pedro Sánchez provocó en el PSOE veo también muy quemada a otra incondicional del ex secretario general y ex diputado. Me refiero a la senadora María Luisa Carcedo. Desde luego Javier Fernández la quiere lo más lejos posible.

Quien está exultante es el joven senador del Partido Popular por Asturias Mario Arias. El que fuera concejal con Gabino de Lorenzo en el ayuntamiento ovetense se nos casa el próximo día 10 de diciembre en la capital. Otro que tiene asegurado el sueldo a priori otros cuatro años. No sería un mal candidato de la derecha a la alcaldía de Oviedo en un futuro próximo. Tampoco Gerardo Antuña, algo más mayor y todavía soltero, a quien considero la mano izquierda de Agustín Iglesias Caunedo. La boda de Mario Arias sin el peligro de unas nuevas elecciones generales será, sin duda, una cumbre festiva del partido gobernante en España aunque no me consta que vaya a asistir ministro alguno. Doy por hecho que en el gobierno que el próximo jueves Mariano Rajoy anunciará a la nación no habrá ningún asturiano. Asturias vende poco y solo este lío socialista ha permitido que toda España conozca a nuestro presidente, el fotofóbico Fernández.



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