¿Donde estaba el 11-S?

Hace 10 años que ocurrió el atentado a la Torres Gemelas de Nueva York, uno de los actos más execrables de nuestra historia contemporánea. Todo el mundo recuerda donde estaba en aquel fatídico día y yo no voy a ser menos. Era martes y me encontraba reunido con mi colega Miguel Rama, a la sazón, director de comunicación de la patronal de la construcción, en el restaurante Puerta Nueva en Oviedo, propiedad de su familiar Sergio Rama, uno de los más cualificados chefs que tiene Asturias. Creo que estábamos en los postres cuando un camarero nos comentó que una avioneta se había estrellado con una de las Torres Gemelas. “Vaya, mala suerte”, pensé, pero poco minutos después ya nos contó lo que realmente estaba pasado en la ciudad de los rascacielos y en el Pentágono por lo que precipitadamente dimos por finalizada la comida yendo a pegarnos a un televisor para contemplar en directo el inicio de la tragedia.

El 11-S siempre será una fecha que nos ha marcado como la gran masacre del terrorismo islámico de cuya acción después tuvimos muestra en Madrid con el atentado con bombas en los trenes de cercanías. Hace un año, precisamente por estas fechas inicie este blog, del que me siento satisfecho y, lo que es más importante, realizado periodísticamente. Este domingo, como vengo haciendo sin faltar ni uno solo en los últimos 25 años, he acudido a mi cita anual en Cotorraso (Langreo) con motivo de las fiestas de Santa Apolonia. Un precioso pueblo desde donde se divisa una magnífica panorámica del valle de Langreo y cuyas casas y prados parecen tocar el cielo.

Allí nos reunimos en casa de María García, bar que todos conocen como “La China” en torno a un buen pitu de caleya, made in la casa, y estupenda sidra. Estamos Senén, Plácido, José Pin... amigos a los que conocí hace un cuarto de siglo cuando me daban la vara en La Voz de Asturias para que les airease los actos festivos. Logré, incluso, que Cotorraso trajese una bonita carroza al desfile mateino del Día de América en Asturias gracias a los buenos oficios de la entonces concejala y presidenta de la Sociedad Ovetense de Festejos Aurora Puente.

Siempre que acudo a Cotorraso, lo que nunca hace la alcaldesa Esther Díaz, ni cuando las fiestas, es enterarme de las últimas novedades. Así que me entero de que aquel buen jugador que tuvo el Real Oviedo, Borja, y que luego militó en un montón de equipos, ya se ha retirado -su última temporada la hizo en Tuilla, supongo que gracias a los buenos oficios económicos del empresario José Luis Camporro-, habiéndose situado profesionalmente como conductor de una Unidad sanitaria móvil en Tineo; y que el bueno de Samuel, éste todavía en activo, ha fichado por el Sabadell -líder ahora de la segunda división A- tras haber permanecido la última temporada en el Alcorcón. Nunca se me olvidarán sus buenos partidos con el Sporting en El Molinón. Samuel es precisamente yerno de la buena señora que nos preparó el pitu tomatero en cuestión.

A Cotorraso en los buenos tiempos de sus fiestas acudían atracciones de primer orden que convocaban miles de personas, sí, en el prado de la romería. Allí cantaron Georgie Dann, Angela Carrasco, La Década Prodigiosa, Manolo Escobar, etc. Poco más abajo del pueblo Iberdrola tiene en medio abandono lo que iba a ser el mayor almacenamiento de residuos de una térmica de carbón en España. La veterana instalación, ubicada en Lada, cada poco está parada como dando razón a la crisis del sector hullero. Lógicamente Cotorraso, como la mayoría de los pueblos del valle del Nalón, está habitado en su mayoría por jubilados de la mina o la siderurgia cuyas familias, por fortuna, aún mantienen viva la querencia por el campo y la ganadería. Lo del pitu de caleya es un buen ejemplo de ello



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