Un nieto y su abuelo

Un nieto y su abuelo pasean por el parque. El niño dando continuos saltitos, sobrado de energía, el anciano marchando a pasitos cortos, cansinos, arrastrando mucho los pies. De pronto ambos se detienen delante de un robusto árbol y levantan la vista a lo alto. El nieto se ha quedado observando a un avión cuyo plateado fuselaje resplandece bañado por el sol. Y piensa, ilusionado, que de mayor le gustaría ser piloto, conducir uno de estos impresionantes aparatos y surcar los cielos. El abuelo ha fijado su vista en un jilguero y recuerda que su abuelo le regaló uno cuando él era tan pequeño como ahora es su nieto, y piensa que, al igual que su abuelo también él se halla al final de su vida. Sus ojos se llenan de lágrimas. Su nieto no las ve, tira de él y le exige:

—Vamos, abuelo, que te paras por cualquier cosa.

El anciano esboza una mueca-sonrisa, también él le decía algo parecido a su abuelo cuando de niño paseaba con él y responde:

—Veremos lo ligero que andas tú cuando seas tan viejo como soy yo.



Dejar un comentario

captcha