Siria: la ayuda llega a la castigada población de Homs y Harasta

Siria: la ayuda llega a la castigada población de Homs y Harasta

Cientos de miles de personas afectadas por los enconados enfrentamientos han recibido ayuda del CICR y la Media Luna Roja Árabe Siria. Asimismo, el CICR ha conseguido entregar suministros médicos en algunas de las zonas más castigadas por la violencia.

 

Por segunda vez esta semana, los colaboradores del CICR regresaron a Homs para distribuir ayuda, en particular a los hospitales y otros centros de salud. “Aunque, efectivamente, se trata de un avance positivo, todavía queda mucho por hacer”, declaró Marianne Gasser, jefa de la delegación del CICR en Siria. “Debemos actuar con sumo cuidado, ya que corremos un riesgo muy elevado, especialmente nuestro personal y los voluntarios de la Media Luna Roja Árabe Siria que trabajan en las zonas más peligrosas”. También visitaron otras zonas de Damasco Rural, como Harasta, así como la ciudad de Sweida, en el sur, donde se ha refugiado un gran número de desplazados.

 

El CICR donó al hospital privado de al-Birr, en Homs, suministros médicos suficientes para atender a entre 50 y 100 heridos. También donó medicamentos anestésicos, apósitos y soluciones intravenosas al hospital privado de al-Amin. Asimismo, evaluó la situación de un centro de salud de Bab Amr que está siendo rehabilitado por el Ministerio de Salud, con miras a una posible asistencia futura.

El 21 de octubre, un voluntario de la Media Luna Roja Árabe Siria perdió la vida al verse atrapado en los enfrentamientos mientras se dirigía a su trabajo en Harasta, en Damasco Rural. Al día siguiente, otros dos voluntarios resultaron heridos en sendos incidentes mientras ejercían su labor, también en Harasta. El derecho internacional humanitario exige a las partes en un conflicto armado que distingan en todo momento entre las personas civiles y aquellos que participan en los enfrentamientos.

 

En colaboración con la Media Luna Roja Árabe Siria, el CICR evaluó las necesidades existentes en Jwalek, situada a unos 10 kilómetros al noroeste de la ciudad de Homs. Jwalek acoge a cientos de personas que huyeron recientemente de los enfrentamientos armados en Ghonta. La Media Luna Roja Árabe Siria suministró ayuda inmediata a unas 400 personas que necesitaban desesperadamente alimentos y otros artículos esenciales, como mantas y colchonetas. También proporcionó material escolar para los niños. “En Jwalek, como en tantos otros lugares del país, la situación de los desplazados es crítica”, explicó la señora Gasser. “Una joven desplazada no podía contener las lágrimas mientras me contaba cómo había tenido que huir de su casa con su bebé recién nacido”. Antes de huir, ya había perdido el contacto con su marido, que todavía no ha podido ver a la niña. Está desolada porque ni ella ni su familia podrán regresar a casa a tiempo para las celebraciones del Eid al-Adha.

 

El CICR está muy consternado por la situación humanitaria que se vive en el país. Los enfrentamientos armados han castigado con especial crudeza a la población de Homs, Alepo, Idlib, Hama, Deir Ez Zor, Damasco y Damasco Rural. El CICR sigue reforzando su presencia en el terreno junto a la Media Luna Roja Árabe Siria, especialmente en las zonas más azotadas por la violencia. Tras la visita el mes pasado de su presidente, el señor Peter Maurer, el CICR ha perseverado en el diálogo humanitario con las autoridades sirias, con la esperanza de poder dar más apoyo a los servicios médicos y visitar a todas las personas detenidas en el país.

Desde principios de año, el CICR y la Media Luna Roja Árabe Siria han repartido alimentos a más de un millón de personas, y artículos de primera necesidad a unas 250.000. También han ayudado a abastecer de agua a más de un millón de personas de las gobernaciones de Damasco, Damasco Rural y Homs. Desde hace más de año y medio, los voluntarios de la Media Luna Roja Árabe Siria trabajan a destajo en las zonas más castigadas por la violencia, a menudo arriesgando su propia vida, para administrar primeros auxilios, trasladar a los heridos y, en general, salvar vidas. “Las necesidades humanitarias no han dejado de crecer”, advirtió la señora Gasser. “Aunque se han hecho algunos progresos, hace falta mucho más para satisfacer las necesidades más urgentes del terreno”.

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