El ecologismo asturiano aboga por las renovables pero no de la manera en la que se está implementando

El ecologismo asturiano aboga por las renovables pero no de la manera en la que se está implementando

MANIFIESTO DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE 2023

“RENOVABLES SÍ, PERO NO ASÍ”

 

Hoy, plataformas vecinales en defensa de otro modelo energético y grupos ambientales asturianos nos unimos para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema "Renovables sí, pero no así", con el fin de exponer y dar visibilidad a nuestras críticas al actual modelo de transición energética que dista mucho del modelo ético, sostenible ambiental y socialmente justo que debería ser.

Reclamamos que una transición energética hacia fuentes renovables es necesaria, tanto para reducir la contaminación (partículas, lluvia ácida, sustancias tóxicas y cancerígenas) como para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles que están provocando la crisis climática y que además es un paradigma insostenible en una realidad finita. 

Sin embargo, actualmente este proceso se está realizando sin una planificación estratégica previa y de espaldas a la participación de la sociedad. En su lugar, el poder político ha dejado la transición energética en manos del oligopolio eléctrico, mucho más interesado en mantener el insostenible paradigma del crecimiento infinito que en la necesaria sostenibilidad social y ecológica. Así, se está llevando a cabo una implantación descontrolada de grandes estructuras industriales, complejos eólicos y nuevas redes de alta tensión, en zonas naturales y rurales alejadas de los centros urbanos e industriales, produciendo la alteración y destrucción de hábitats, el desmesurado aumento de mortalidad de la fauna, especialmente aves y murciélagos, y la pérdida de calidad de vida de la gente que vive en los pueblos y que en muchos casos del occidente asturiano llegarían a estar rodeados de una gran cantidad de eólicos. 

Decretazo tras decretazo, el Consejo Europeo, el Gobierno de España y el Gobierno de Asturias se alejan cada vez más de la defensa de los intereses de la mayoría social, despojando a la evaluación ambiental de contenido real y a la sociedad de su participación, eliminando así las garantías ambientales de los proyectos de energías renovables. Todo ello promoviendo una indignante manipulación del lenguaje y con una imagen falsa de “energía verde”, que desincentiva el necesario ahorro energético y perpetúa el oligopolio y la riqueza en manos de unos pocos en lugar de la producción local, autosuficiente, descentralizada, distribuida, plural y participativa.

Podríamos también entrar a valorar la dudosa disponibilidad de minerales existente en nuestro planeta para una transición así planteada, además de los impactos de su extracción en la biodiversidad y en las condiciones de vida de las comunidades locales de los países del denominado Sur Global. Pero incluso en Europa se están creando territorios de sacrificio para el lucro de las grandes élites. 

Nos reunimos hoy en el occidente asturiano como zona donde ya se sufren las consecuencias de este modelo y donde actualmente se está sobre la amenaza de implantación masiva de casi 500 aerogeneradores. Todo ello, sin una planificación espacial que tenga en cuenta el resto de valores y usos existentes así como el efecto acumulativo de todas las infraestructuras energéticas en su conjunto, sin evaluación ambiental estratégica, con deficientes evaluaciones de impacto ambiental de los proyectos y sin una participación pública real.

Ante el desamparo jurídico, político e institucional nos vemos en la obligación ética de levantar y unir nuestras voces, para hacer visible nuestro rechazo común al actual modelo de transición energética: un modelo energético centralizado y extractivista, que socializa los impactos en las zonas naturales y rurales donde se instala y se lleva los beneficios a las grandes empresas del oligopolio energético. Un modelo que no fomenta la coexistencia de las energías renovables con la población y el medio natural y cultural donde se instalan. Un modelo que quiere implementarse a costa de la destrucción de nuestro patrimonio natural y cultural. Un modelo que no tiene en cuenta la actual crisis de biodiversidad y la absoluta necesidad de conservarla para adaptarnos a los ya tangibles efectos del cambio climático. Un modelo que no considera la necesidad de reducir drásticamente nuestro consumo energético.

Defendemos que la transición energética debe ser parte de una más importante Transición Ecológica, que nos acerque a vivir de acuerdo a los límites finitos de nuestro planeta.

Defendemos una transición con perspectiva ética de Justicia, con las personas de todo el planeta, con las futuras generaciones y con la propia naturaleza de la que dependemos y formamos parte.

Defendemos una transición basada en otro modelo energético:

 

  • Que esté basado en energías renovables.

 

  • Que reduzca el consumo, minimizando pérdidas energéticas en edificios y procesos productivos y cambiando nuestros hábitos para consumir menos.
  • Que acerque la generación de energía a los lugares de consumo.
  • Que fomente y favorezca el autoconsumo residencial y en todo tipo de construcciones como oficinas, centros educativos, industrias, aparcamientos o infraestructuras viarias.
  • Que promueva modelos de producción y gestión de energía locales y participativos como cooperativas y comunidades energéticas. 
  • Que evalúe las oportunidades energéticas de cada zona y considere los usos no eléctricos de las renovables, como los mecánicos o térmicos.
  • Que promueva planes de movilidad sostenible, fomentando el transporte colectivo y los medios de transporte más limpios y eficientes como el tren convencional.
  • Que considere los proyectos de mayor escala SÓLO sobre la base de una robusta y real planificación espacial con una buena y verdadera evaluación ambiental y social y una participación comunitaria efectiva, priorizando su implantación en los lugares más antropizados.

En nuestras manos está construir y exigir este modelo energético a las esferas institucionales y políticas.

Sigamos con firmeza, alegría y amor defendiendo nuestro presente y sin comprometer aún más el futuro de las próximas generaciones.

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