En el VII Congreso Mundial de Bioética

Bienvenidos al Principado de Asturias. Bienvenidos a España.

 

Después de escuchar a la Dª Potter, sería una impertinencia que no me perdonarían Vds. intentar decirles algo relevante que resulte de interés en el campo de la Bioética. Por eso, lo que procede en estos casos es, además de la bienvenida, dirigirles unas breves palabras de presentación del Principado de Asturias que acoge este VII Congreso Mundial.

 

El Principado de Asturias, con apenas 10.000 kilómetros cuadrados de extensión y poco más de un millón de habitantes, es un país en el pleno sentido de la palabra: un territorio bien definido, un pueblo abierto asentado en él desde los umbrales de la historia, y un proyecto colectivo de sociedad plural orgullosamente asumido y defendido por la inmensa mayoría de los asturianos.

 

Tal vez sea la cultura propia nuestro rasgo característico más estable y mejor definido. Hace por lo menos quince mil años que a nuestros antepasados magdalenienses, cuando la Península Ibérica apenas contaba con cincuenta mil seres, les corresponde el mérito de ser pioneros en el desarrollo del arte parietal dentro de una región artística que denominan los historiadores aquitano-cantábrica, con exponentes supremos en las cuevas prehistóricas de Candamo, de Tito Bustillo, de El Castillo o de Altamira, por citar los más conocidos de las Asturias de Oviedo y las Asturias de Santillana, según la terminología bajomedieval.

 

Los orígenes del Reino de Asturias ofrecen una nueva oportunidad, por partida doble, de demostrar la capacidad de innovación del pueblo asturiano. De una parte, en una aparente “paradoja histórica” el legitimismo astur propició la restauración de la monarquía hispánica en el siglo VIII y, con ello, el germen de la idea unitaria de Hispania, clave de la fundación de la nación española, mientras Carlomagno incorporaba a su Imperio la denominada Marca Hispánica, poniendo así, en ambos frentes, coto al expansionismo musulmán.

 

De otra, el genio creador en el terreno cultural quedó reflejado en las joyas arquitectónicas del arte asturiano prerrománico, sin precedentes ni comparación en ningún otro territorio peninsular.

 

Aquí, como en todas partes, la tierra y el paisaje han forjado decisivamente el alma del pueblo asturiano.  Asturias es el país de los valles. Ortega y Gasset, el gran pensador español, señalaba que “cada uno de estos valles es toda Asturias y Asturias es la suma de todos esos valles”. Por eso, Asturias es esencialmente plural desde su nombre mismo; sus bables son mucho más que variantes locales de una lengua propia de los asturianos; y la sidra, su bebida típica, es distinta en cada lagar. Pero del mismo modo que los valles tienen puestos sus límites por las montañas, así también el hombre de los valles, el asturiano, “no aspira a dominar a otros, pero quiere el dominio pleno de su territorio”, como nos explicó Valentín Andrés. Por eso, no es casualidad que este pueblo encerrado en sí mismo por la naturaleza, sólo se proyecte colectivamente hacia fuera de sus fronteras cuando le obliga la necesidad.

 

Así, alza a los puertos de las montañas -a las brañas o veranas- cuando el pasto del valle no le da sustento suficiente. Así, es el mar Cantábrico su salida natural al mundo, unas veces para buscar ayuda en Gran Bretaña frente al invasor napoleónico y otras para poner rumbo a América en busca de nuevos horizontes. Méjico, Cuba o Argentina son testigos del magnetismo de este pueblo que mantiene vivos los vínculos espirituales del país con sus hijos más lejanos.

 

He aquí la raíz del principal problema de Asturias: el orgulloso ensimismamiento con el que los asturianos nos hemos adaptado resignadamente a la ancestral incomunicación del país. He aquí la importancia vital de cuantas iniciativas contribuyan a corregir ese secular defecto que atenaza al Principado. Una de ellas, los premios que llevan el nombre del heredero de la Corona, el Príncipe de Asturias. Otra, un Congreso Mundial como este que atrae a Asturias a los más prestigiosos expertos en el campo de la Bioética para tratar de los avances en uno de los campos más representativos de la capacidad humana de investigación. Asturias se siente muy orgullosa de sus grandes investigadores en el campo de la medicina, como fueron el Premio Nobel, Severo Ochoa, y el profesor Francisco Grande Covián.

 

Estoy convencido de que la presencia de todos ustedes en Asturias y los trabajos que están desarrollando estos días contribuirán a impulsar el desarrollo de la Bioética, con la mirada puesta en un mundo mejor para todos sus habitantes. Por todo ello, les agradezco muy sinceramente su presencia en España y en Asturias para asistir al VII Congreso Mundial de Bioética que queda oficialmente inaugurado.

 

*Presidente del Principado de Asturias



10 comentarios

  • # Ro Responder

    02/04/2013 16:25

    Como siempre, muy acertado!

  • # Panizo Responder

    02/04/2013 16:26

    A Feijóo le tenía por uno de los más espabilados pero viendo lo que está contando este es igual de irresponsable que sus compañeros de viaje. No parece que se salve ni uno cada día sale una nueva más gorda que la anterior.

  • # Alicia Responder

    02/04/2013 17:02

    se rien de nosotros, pero ¿qué podemos hacer?, no respetan las iniciativas legislativas populares con tantas firmas, desoyen el clamor de la gente en las manifestaciones, no empatizan con el pueblo, solo saben ser contables, y encima malos y corruptos.

  • # Almudena Responder

    02/04/2013 22:50

    no hay por donde cogerlo parece imposible que se pueda hacer peor.

  • # fernando Responder

    03/04/2013 01:16

    me jode que sean ineptos, me jode que robe, me jode que llamen a la plataforma contra los desahucios etarras, pero lo que más me jode, es que me tomen por tonto.

  • # miguelcp Responder

    03/04/2013 08:43

    ¿Cuántos presidentes de la II República en el exilio han amasado fotunas -trabajando- en países como $uiza? La historia nos ofrece la respuesta reveladora y ejemplar sobre el comportamiento de unos y otros. Salud y 3ª República, YA!!.

  • # Alguien Responder

    03/04/2013 14:08

    Tenia razón aquel que decía que en Españistán, Kafka sería un escritor costumbrista. Alicia, podemos denunciar y razonar con la gente hasta que reconozcan la situación o tengan que asumir su grado de cinismo. Nos quitarán el dinero, pero la razón jamás.

  • # Txomin Responder

    03/04/2013 18:50

    Cuando era Consejero de Sanidad a Lamela su actual empresa no le parecía apta para recibir la concesión. Claro que con solo ficharle a él no solo era apta sino que ganaba el concurso. ¿Tráfico de influencias? A Lamela se la pela.

  • # Carpe diem Responder

    03/04/2013 19:59

    Cada día esgrimen un argumento más para que surja un movimiento popular de impredecible alcance porque a la gente le llega el malestar a la coronilla. Lo peor es que algunos están a uvas, ajenos a la realidad y creen que lo hacen bien. Animo y a seguir.

  • # Alguien Responder

    03/04/2013 22:42

    Como dice Carpe diem, hay quien se empeña en no ver; hace años unas personas miraron por el telescopio de Galileo y también negaron lo que vieron. A nosotros nos corresponde abrir los ojos a otros, y si no lo hacen , ponerles su fanatismo por espejo.

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