Falsedades y verdad a medias

La Nación publica en la contratapa de su sección Economía y Negocios del 29 de junio un dato central falso: que en la mayoría de las provincias no llegan al 20 % los hogares conectados. Así responde en Tiempo Argentino el coordinador de asistencia técnica de UTN en CNC Argentina Conectada.
Primera falsedad: “En la mayoría de las provincias, el porcentaje de hogares conectados no llega al 20% ; el costo mayorista del mega es determinante”.

La misma nota ofrece la evidencia de su falsedad. Toma como fuente al Indec en un mapa del país denominado la penetración de Internet en la Argentina, donde se observa en rojo y en medio del océano Atlántico: total nacional promedio 34%.

Luego, en cada provincia aparece su penetración y allí se verifica que las que están claramente debajo del 20% son siete provincias: Misiones, Formosa, Chaco, Corrientes, Jujuy, Santiago del Estero y Catamarca.

Las restantes 16 provincias están por encima del 20% y son las que determinan el promedio del 34% de todo el país, desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego.

La misma fuente oficial usada por La Nación muestra lo contrario en la propia nota. Esto es que la mayoría de las provincias el porcentaje de hogares conectados es superior al 20%.

Segunda falsedad: comienza el artículo diciendo “Cuanto más pobre es una provincia y más alejada de Buenos Aires está, peor es su índice de acceso a Internet: así se enuncia el teorema del acceso a las nuevas tecnologías en la Argentina.”

El mapa que ilustra esta segunda mentira muestra que Tierra del Fuego, la más alejada de la provincia de Buenos Aires, tiene una penetración del 67%, la segunda más alta de todas las provincias, después de San Luis, que llega al 91%.

Y no se trata de una excepción al teorema trucho del periodista José Crettaz. Mendoza, una de las provincias más ricas del país, tiene 24% de hogares con Internet, y sin embargo es más cercana a Buenos Aires que Chubut o Santa Cruz, las que tienen 34% y 27%, respectivamente.

Verdad a medias: es cierto que “el costo mayorista del mega es determinante”, como subtitula La Nación.

Lo que omite el mensaje principal es lo que aparece entre líneas de su texto. Que ese costo esta bajando.

Por ejemplo, cuando el presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), Ariel Graizer, admite que “en promedio, el valor de los enlaces de Internet mayorista bajó hasta tres veces...” en ciudades como Buenos Aires, Neuquén y Rosario, donde “pasaron de 400, 180 o 109 dólares hasta 79 dólares”, o cuando el presidente de la Cámara de Cooperativas de Telecomunicaciones (Catel), Darío Oliver, ofrece el caso de Pinamar, “donde el mega bajó de los 200 dólares a 70 dólares cuando empezó la competencia”.

El entrevistado le está dando al periodista la palabra clave para bajar el costo: competencia. Pero ni una sola línea sobre causas de ese costo determinante de la baja penetración, menos aún de cómo y por qué ha comenzado a revertirse.

Argentina Conectada

La real competencia en telecomunicaciones comenzó el año pasado cuando la presidenta Cristina Fernández lanza el Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada junto a la creación de la nueva Red Federal Digital con las licitaciones de compra e instalación 30.000 kilómetros de fibra óptica, y cuando el ministro de planificación Julio De Vido obligó a los CEO de Telefónica y Telecom a viajar a la Argentina y firmar el acta de prácticas antimonopólicas.

Estos fueron los hechos concretos que provocaron que a las pocas semanas las grandes telefónicas se comprometieran, en el Ministerio de los servicios y las obras públicas, a bajar el precio del ancho de banda mayorista varias veces respecto de lo que cobraban anteriormente.

Las consultorías técnicas que venimos realizando en forma conjunta los ingenieros y abogados de la CNC y de la UTN, visitando desde octubre pasado a las cooperativas y pymes de telecomunicaciones de todas las provincias del país, verifican en su totalidad que sus dificultades económicas y tecnológicas para llegar a más hogares y a menor precio han sido provocados por la condiciones impuestas por el duopolio telefónico.

Por eso están esperando y adecuándose técnicamente para cuando llegue la fibra óptica estatal.

En las próximas semanas saldrán las camionetas con relevistas técnicos especializados, que en el término de un año recorrerán las 9399 localidades del país enviando diariamente en tiempo real la información técnica necesaria para saber cómo y por dónde llegar con la fibra óptica a cada uno de nuestros pueblos.

Argentina Conectada no es sólo para que Internet, telefonía y televisión digitales lleguen a todos los hogares, sin distinción social. Sino para llegar con el máximo ancho de banda, el mismo que llegará a un hogar clase alta en Palermo o San Isidro. No es sólo cuestión de baja o alta penetración como titula La Nación.

Poner en título de nota todo lo contrario que testimonia la investigación del periodista ya no sorprende ni en La Nación, ni en el Clarín.

Pero además en este caso, las correctas cifras del Indec y los fidedignos testimonios levantados en el propio artículo, documentan cómo este gobierno es el primero que logra empezar a romper el monopolio de las telecomunicaciones.

El mapa que ilustra la nota es una fotografía de los primeros resultados de decisiones políticas nacionales y populares en las comunicaciones, sin distinción de provincias ricas y pobres, sin que las distancias a la Capital sean un obstáculo tecnológico y sobre todo sin tener como objetivo la rentabilidad empresaria, el verdadero motivo por el cual las telefónicas llegaron con sus redes sólo hasta donde era buen negocio, dejando aislados a millones de argentinos.

Ariel Garbarz Ingeniero en Telecomunicaciones Coordinador de Asistencia Técnica UTN- CNC Argentina Conectada



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