Conferencia Internacional por la Paz en Euskadi

¿Quién puede oponerse?

¿Quién puede invocar razones que justifiquen el rechazo?

Después de tantos años de horror, de aislamiento, de desesperanza, de innumerables víctimas, podríamos estar cerca del fin de la banda terrorista, convencidos sus miembros y simpatizantes de que nunca conseguirán sus objetivos por la fuerza. La eficacísima y firme actuación de las fuerzas de seguridad del Estado, dirigidas con firmeza por el Gobierno, ha debilitado progresivamente, junto a la adecuada reconducción de la participación de los "abertzales", la siniestra capacidad operativa de ETA.

Todo parece indicar que, por fin, se dan las circunstancias propicias para su disolución. Euskadi, España, el mundo entero respirarían con satisfacción al contemplar cómo se cierra otro capítulo de barbarie y violencia extrema. Y todos podrían atender con mayor esmero a quiénes de forma más directa han padecido los terribles desmanes de la banda armada.

El mayor consuelo de las víctimas, inconsolables, es saber que ya no habrá más víctimas, más desgarros irreversibles.

Un grupo internacional de personalidades ha querido sumar sus anhelos a los de la inmensa mayoría de los españoles.

¿Qué puede haber detrás de esta oposición a la paz ahora en Euskadi? ¿Miedos electorales? ¿Falta de protagonismo de quiénes consideran "inoportuno" que los acontecimientos se precipiten ahora?

No puede ser. No puedo creerlo. Prefiero pensar que es impensable.



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