Jaque a Italia

 

Antonio Tabucchi, el  hombre que en la última época – murió hace exactamente un  año en su amada Lisboa -  conoció cono nadie el malestar de de su Italia, y  con ella sus desastres económicos y su poco y nulo sentido   - mejor decir ninguno - de la realidad de un  país cuya realidad social es de espanto, por expresar lo menos en momentos de tanta confusión política

El siempre lo tuvo claro. El autor de “Tristiano muere” decía insistentemente en los últimos años que Italia se encontraba con  creces  fuera de control, totalmente a la deriva. Que está desestabilizada. Y cuando un país se halla en semejante estado, algo tiene que suceder. Y lo dejó bien dicho y comprensible:

 “Sucede Por causas fisiológicas, naturales, como ocurre en Física, cuando la materia llega al llamado "punto de crisis" y cambia de estado: de sólida se vuelve líquida, o gaseosa, o viceversa. El "punto de crisis" no es superable sin modificaciones: a cero grados, el agua se convierte en hielo, a determinada temperatura el metal se licua. Los aurúspices antiguos extraían auspicios buenos o malos del vuelo de las aves, de las fases de la luna o de la dirección de los vientos”

Lo decía con  claridad pasmosa en sus paseos por Lisboa recorriendo la ciudad tan apreciada con sus viejos amigos de generación:

 Yo no pretendo hacer previsiones acerca de "qué sucederá". Sólo digo que así no se puede seguir.

Y esa certeza se nota ahora y con la consabida frase “Que los dioses decidan”. Pero él bien ha sabido que los dioses no juegan a los dados ni permiten que los hombres inventen realidades falsas.

Berlusconi  es el personaje que más daño viene haciendo  a Italia después de Mussolini y sus terribles camisas negras

Tan poco serio es  éste  político de brillantina y trajes de 5.000 euros, que  instituyó en su megalomanía  un premio, el llamado "el Sahef", cuyo nombre recuerda a los terroristas de Al Qaeda, confiriéndoselo a distintos intelectuales críticos para atemorizarlos.

 



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