¿Quiénes son las agencias de calificación?

¿Quiénes son las agencias de calificación

Por Nuria Alonso y David Trillo/Econonuestra.-Además de los problemas en las calificaciones expuestos en otro documento, nos encontramos con la cuestiones sobre quiénes son las agencias de calificación, qué intereses tienen, quién las controla, etc. No debemos olvidar que las tres principales agencias, Moody’s, S&P y Ficht, son empresas privadas estadounidenses y las calificaciones que otorgan a los emisores y a los instrumentos financieros son consideradas información relevante para una mayoría de inversores y tienen implicaciones sobre las conductas de los inversores, los emisores y los gobiernos.

 

En este sentido, las críticas fundamentales que se les han hecho son las siguientes:

•Hay pocas agencias operando y ninguna de ellas es europea o de cualquier país fuera de EEUU, por lo que no hay competencia ni diversificación territorial que pueda evitar o compensar intereses nacionalistas. En el cuadro que se adjunta más abajo, extraído del artículo “¿Quiénes son los dueños de las agencias de rating?” de Ángel Boixadós publicado en Expansión en julio del año pasado, aparecen en negrita accionistas en común de Moody’s y Standard&Poor’s, por lo que el argumento de actuación oligopolística se refuerza.
•Existencia de conflicto de intereses en la actuación de las agencias debido, por una parte, a quiénes son sus accionistas. Como se dice literalmente en el artículo citado en el punto anterior: (…) “el rasgo común de todas ellas es que sus accionistas de referencia entroncan directamente con la industria financiera y concretamente con la gestión de activos. Es más, muchos de ellos son usuarios de las calificaciones de las agencias de las cuales poseen importantes paquetes de acciones. De hecho una buena parte de ellos promueven fondos de inversión.” Por otro lado, las agencias además de ofrecer la calificación de rating ofrecen servicios de consultoría por lo que es imposible garantizar la independencia y objetividad imprescindible para el desempeño de su función de “fedatario” de la calidad crediticia de un emisor.
•Como consecuencia de todo esto se han producido tímidas declaraciones en el seno de la Comisión Europea o de los responsables de los gobiernos alemán y francés sobre la necesidad de regular la actuación de las agencias y la posibilidad de creación de una agencia de calificación europea. Sobre este tema habría que preguntarse por qué no se ha creado entonces una Agencia de calificación Europea. Es un asunto que hay reconducirlo al terreno de la política porque se relaciona con el poder de los grupos de presión financieros que siguen concediendo un papel protagonista a las Agencias y a la renuencia histórica de los Estados a criticar su labor. Eso hace que su papel se sitúe en el centro mismo de la regulación financiera internacional. En el método estándar de Basilea II las calificaciones de las agencias son decisivas a día de hoy para la fijación de los requerimientos de capital regulatorio. Ningún Estado ha planteado problemas a esta cuestión, como tampoco hay unión política en torno a la idea de que se cree un organismo propio de calificación en la zona Euro.

 

Además de los problemas en las calificaciones expuestos en otro documento, nos encontramos con la cuestiones sobre quiénes son las agencias de calificación, qué intereses tienen, quién las controla, etc. No debemos olvidar que las tres principales agencias, Moody’s, S&P y Ficht, son empresas privadas estadounidenses y las calificaciones que otorgan a los emisores y a los instrumentos financieros son consideradas información relevante para una mayoría de inversores y tienen implicaciones sobre las conductas de los inversores, los emisores y los gobiernos.

 

 

En este sentido, las críticas fundamentales que se les han hecho son las siguientes:

•Hay pocas agencias operando y ninguna de ellas es europea o de cualquier país fuera de EEUU, por lo que no hay competencia ni diversificación territorial que pueda evitar o compensar intereses nacionalistas. En el cuadro que se adjunta más abajo, extraído del artículo “¿Quiénes son los dueños de las agencias de rating?” de Ángel Boixadós publicado en Expansión en julio del año pasado, aparecen en negrita accionistas en común de Moody’s y Standard&Poor’s, por lo que el argumento de actuación oligopolística se refuerza.

•Existencia de conflicto de intereses en la actuación de las agencias debido, por una parte, a quiénes son sus accionistas. Como se dice literalmente en el artículo citado en el punto anterior: (…) “el rasgo común de todas ellas es que sus accionistas de referencia entroncan directamente con la industria financiera y concretamente con la gestión de activos. Es más, muchos de ellos son usuarios de las calificaciones de las agencias de las cuales poseen importantes paquetes de acciones. De hecho una buena parte de ellos promueven fondos de inversión.” Por otro lado, las agencias además de ofrecer la calificación de rating ofrecen servicios de consultoría por lo que es imposible garantizar la independencia y objetividad imprescindible para el desempeño de su función de “fedatario” de la calidad crediticia de un emisor.

 

•Como consecuencia de todo esto se han producido tímidas declaraciones en el seno de la Comisión Europea o de los responsables de los gobiernos alemán y francés sobre la necesidad de regular la actuación de las agencias y la posibilidad de creación de una agencia de calificación europea. Sobre este tema habría que preguntarse por qué no se ha creado entonces una Agencia de calificación Europea. Es un asunto que hay reconducirlo al terreno de la política porque se relaciona con el poder de los grupos de presión financieros que siguen concediendo un papel protagonista a las Agencias y a la renuencia histórica de los Estados a criticar su labor. Eso hace que su papel se sitúe en el centro mismo de la regulación financiera internacional. En el método estándar de Basilea II las calificaciones de las agencias son decisivas a día de hoy para la fijación de los requerimientos de capital regulatorio. Ningún Estado ha planteado problemas a esta cuestión, como tampoco hay unión política en torno a la idea de que se cree un organismo propio de calificación en la zona Euro.

Dejar un comentario

captcha