Ni un día más

La deriva de Occidente acosado por los mercados debe terminar sin dilación.

En la primera página de “El País” del 3.09.11 se anuncia que “el fantasma de la recaída de US y UE desmorona de nuevo la confianza de los mercados” en los Estados que, para resguardarla, les obliga como en el caso español, a introducir cambios urgentes en la propia Constitución, indispensables para el concierto intraeuropeo, a qué precio de autoridad y prestigio de los políticos sometidos a los mandatos del “gran dominio” mundial.

El día 4, el Banco Central Europeo advierte a Berlusconi de que tiene que avanzar en los ajustes… y el ex Presidente José María Aznar manifiesta, siempre tan positivo y oportuno (¡), que “Italia y España deben asumir que fueron salvados”. Da vértigo pensar en que el ex Presidente y actual asesor de Murdoch vuelva a influir en la política nacional.

El día 5, el título es “El temor a la recaída hunde los mercados”. Y el día 7, para acabar de propiciar los ataques especulativos, la presidenta del FMI, de tan buenos augurios ella, alerta de una “recesión global inminente”.

“Es de necio confundir valor y precio”, sentenció D. Antonio Machado. Han sido muy necios muchos gobernantes que aceptaron sustituir los valores democráticos y de justicia social por las leyes del mercado.

A estas referencias, con la triste imagen pública de los gobernantes acosados por las interesadas fluctuaciones bursátiles, que urgen la adopción de medidas para restablecer los principios éticos que exige la buena gobernación, se unen las preocupantes fotografías de los líderes europeos y asociados repartiéndose –antes de tenerlo cazado, en porcentajes previsiblemente pactados en algún caso, y con el siniestro horizonte de la sharía en lugar de la tan pregonada democracia- la piel del oso libio.

“La italiana ENI ya prepara su retorno a Libia”… “Las multinacionales pugnan por el nuevo pastel energético libio” (ABC, 29.08.11). “China teme quedarse fuera del reparto del botín libio” (“Público”, 31.08.11). “La lucha por el petróleo ensucia la Cumbre de Libia en París” (“Público”, 02-09-11)…

… Y “La ONU acuerda desbloquear los fondos libios congelados”.

Las Naciones Unidas trataban de salvar la vida de los libios sublevados. A través de la OTAN, la “protección” se ha convertido en una clara y decisiva participación en la contienda. “El mundo –anuncia “El País” del 2 de septiembre- da la bendición a la nueva Libia…”. El “mundo” representado por los países convocados por el Presidente Sarkosy… entre ellos el SG de la ONU. En contra de lo deseable, no es Sarkosy en la ONU sino la ONU en Sarkosy!

Más democracia y menos “mercadocracia”, en ingeniosa y justa referencia al impacto creciente de “los mercados”. Está claro que no mejorará la tasa de desempleo de EEUU, en Europa y en España –de modo muy especial por la enorme “burbuja” inmobiliaria, fruto de la “codicia e irresponsabilidad”, en palabras del Presidente Obama, de unos pocos- porque todos los recortes son contrarios a la creación de empleo (sin tener en cuenta la desmesurada deslocalización productiva).

¿Cómo se va a “incentivar el consumo” si todo se aminora, se privatiza, se disminuyen las inversiones públicas?

¿Cómo van a tener, por fin, “confianza”, si lo único que dejan hacer los mercados es reducir más y más los márgenes y posibilidades de iniciativas ciudadanas?

¿Cómo reclama el FMI mayor estabilidad cuando sus predicciones desestabilizan de inmediato?

Eso sí: los más ricos aprovechan los vaivenes y compran muy barato… para vender luego cuando, lógicamente, se recuperan mejores niveles…

Es imprescindible -¡ni un día más!- dar un auténtico “volantazo”:

1) En la UE:
i) autonomía en materia de seguridad y reducción urgente de gastos militares; aliados de los EEUU, sí, pero súbditos a través de la OTAN, no.
ii) federación económica y fiscal, dotación de una propia agencia de calificación, emisión de eurobonos y eliminación sin contemplaciones de los paraísos fiscales;
iii) concertación de grandes planes de energías renovables y regulación del consumo y precio del petróleo;
iv) proyecto conjunto de cooperación internacional para contribuir al acceso de todos los seres humanos a la alimentación, al agua y a los servicios higiénicos y sanitarios;
v) moderación de la delocalización productiva, con seguimiento muy estricto de las condiciones laborales y respeto de los Derechos Humanos en los países “fabricantes”;
vi) coordinación de recursos personales y técnicos para hacer frente, a escala regional, a catástrofes naturales y provocadas;
vii) proclamación de los principios democráticos que deben orientar la acción política, promoviendo la participación y “escucha” de los pueblos a través, especialmente, de los medios de comunicación virtual (ciberespacio), asegurando no sólo la libertad irrestricta de expresión sino el acceso de todo ciudadano a una información veraz, regulando los excesos uniformizadores del gran poder mediático…
2) En los EEUU
i)En el amargo declive de las pretensiones hegemónicas, promover alianzas, con las asociaciones regionales en particular, y compartir experiencias y conocimientos para garantizar, a través de unas Naciones Unidas reforzadas de forma apremiante, la gobernación mundial.
ii) Liderar el desarme nuclear con carácter de urgencia, para hacer posible un horizonte libre de la amenaza atómica, y la disminución acelerada de la venta de armas, en especial las que corresponden a confrontaciones del pasado, desarrollando la nueva tecnología de seguridad que corresponde a las necesidades actuales.
iii) Plenamente integrados en el nuevo Sistema de las Naciones Unidas, dotar de la autoridad necesaria al FMI, al BM y a la OMC, para que terminen los ataques especulativos de la “dólar-zona” a la “euro-zona” y “yuan-zona”, favoreciendo una economía mundial basada en el desarrollo sostenible, de tal forma que quienes todavía se aferren a mantener el “gran dominio” se convenzan de la inexorable necesidad de contribuir, ahora, al inicio de una nueva era…
3) A escala mundial
i)Como ya he tenido ocasión de insistir a menudo, es impostergable una reunión de emergencia para la refundación, con el concurso de todos los países, de unas Naciones Unidas capaces, por la autoridad que le confiere el respaldo de la gran mayoría de los países, de actuar eficazmente frente a los grandes desafíos del momento: Libia, Siria, Yemen.. conflicto Israel/Palestina… terrorismo tráficos supranacionales de armas, drogas, personas…
ii) Con las Naciones Unidas al timón, se iniciaría “un nuevo comienzo”, caracterizado por la concertación y complementariedad. China, la India, América Latina, África… deben jugar un papel que esclarezca los horizontes de las generaciones venideras.
Es el gran compromiso.

Ni un día más.



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