Operación suculenta

Operación suculenta

La voracidad de la crisis aviva el seso dormido y agudiza ingenios atenazados, salvo respetables excepciones, algunas de ellas hoy mismo en dura pugna electoral. En este gran bazar donde abrevan desde la vaca más sagrada al galgo más famélico, se han ido cruzando los cables de la caja de mandos y los chispazos han provocado algún que otro incendio. Vemos con cierto estupor que en algunas plataformas de periódicos digitales puedes acceder al sorteo de un coche o de un producto informático de ultimísima generación si respondes a la pregunta de si es necesaria una huelga general en España, que viene a ser lo mismo que contestar si estás de acuerdo con la reforma laboral de Rajoy o no lo estás. Curioso asunto este de que puedas llevarte un mini por opinar sobre la dura legislación pepera, tan curioso que es inevitable preguntarse adónde irá a parar el automóvil. Cuando se habla de avivar mentes preclaras y despertar ingenios hispanos tiende nuestro subconsciente a relacionar este tipo de expresiones con asuntos de dudosa virtud. Reaparecen los grandes clásicos, como el incomprensible timo de la estampita o el acoso a domicilio de venerables ancianos solitarios. La Guardia Civil alerta de una modalidad al parecer nueva: el robo de coches a punta de panfleto. Se lleva a cabo en los aparcamientos al aire libre de grandes superficies, y consiste en colocar un papel en el vidrio trasero del automóvil con la intención de que el conductor lo vea una vez arrancado el coche, meta punto muerto, se levante para quitar la octavilla y ¡zas!, sin vehículo y sin compra, que en realidad es el auténtico objetivo del ladrón. A unos cuantos kilómetros, abandona el automóvil y se lleva las viandas.

 

Reaparecen también los gangs, las entrañables bandas organizadas. No hay nada como un buen plan y el trabajo en equipo para buscar el éxito. La Policía desarticuló el otro día en una acción combinada en Pontevedra, Asturias, Guipúzcoa y Sofía una banda dedicada al tráfico ¡de angulas! Compran la angula por aquí y la envían en vuelos chárter a Filipinas, vía Bulgaria. La angula es una especie protegida en la Unión Europea, así que su precio se multiplica por más de dos en el mercado asiático (de 500 a 1.300 euros aproximadamente). Negocio lucrativo donde los haya. Las angulas han sustituido a los diamantes en el tráfico serio, de guante blanco, en esta operación con nombre de tebeo de Bruguera y han abierto un mercado inusual a raíz de una protección parece que pertinente, aunque a uno le da por pensar que el ciudadano debería de estar más protegido que la angula. Por lo menos hasta el punto de poder comprobar que el mini del sorteo de la pregunta sobre la huelga general existe.

 

Ilustración: Alí Babá por Maxfield Parrish (1909)

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