Hay más tonos que blanco o negro

Nada va a preocupar más a nadie, sino ganar las elecciones. Y entre la astucia de Pérez Rubalcaba y la sagacidad de Rajoy, se deslizarán las veloces, casi invisibles, subliminales canoas de partidos, unos viejos, otros recién nacidos, donde se apuntan los tentados de escepticismo por el norte, de indignación, por el sur, ambos, norte y sur, helados, para salvarse de ambos extremos radicalizados del desencanto político.

La historia cuenta cómo se había ido desacreditando ya el bipartidismo por anacrónico, en cuanto película de buenos y malos puros y de una pieza o fotografía de daguerrotipo. La historia cuenta que al profundizar en el conocimiento del hombre, el hombre descubre, al cabo de cierto tiempo, según su empeño y capacidad, la existencia e importancia de los grises, los semitonos, los colores intermedios, que amortiguan el violento choque de los contrarios y constituyen un espacio donde es posible utilizar las posibilidades del lenguaje para imbricar los convencimientos más radicales de gente que basa su interpretación de la vida en principios radicalmente opuestos a los nuestros de cada cual.

El puzzle no tiene piezas sólo blancas o negras, la fotografía descubre tonalidades, aún aquella inolvidable fotografía inmediatamente anterior al color.

Minorías concertadas por la evidente imposibilidad de estar de acuerdo en la variedad de demasiadas ideas, se incorporarán, me atrevo a vaticinar, al mapa político para advertir a los navegantes de que la sociedad se compone de gran número de matices con los que es posible componer articulaciones y desarrollar el arte de la política, que no consiste, como a veces desvariamos, en emprenderla a garrotazos con ese desconocido o ese viejo conocido adversario con que nos tropezamos en cualquier encrucijada, sino en componer con él nada más y nada menos que la convivencia en que vivir consiste, ambos el mayor tiempo y con la mayor armonía posible, durante la corta vida de que ambos disponemos



3 comentarios

  • # sofi Responder

    29/10/2012 10:56

    Sin duda, mi motivo es el amor. A mi familia, mis amigos, la naturaleza, al deporte, a la danza, a mi profesión y otras cosas... Sin amor a nada mi vida carecería de sentido. Parece que cuanto más amas mejor te va; quizá xq hay apuestas que nunca fallan.

  • # Tote Responder

    01/11/2012 19:42

    Aunque a veces todos somos un poco instintivos, supongo que en el fondo todos salimos adelante por amor. El asunto es ¿Amor a Qué? A menudo vemos que algunos sólo aman la destrucción, de cosas o lo que es peor, de personas. Es lo que les satisface.

  • # Heidi Metal Responder

    13/11/2012 10:58

    Me parece interesante lo q plantea Tote.Dejando a parte mis dudas sobre si llamamos amor a una mezcla de deseo y miedo a la soledad,q es destrucción? No hay, quizá, personas "pasivas-agresivas", que te destruyen indolentemente? y quien calla, no otorga?

Dejar un comentario

captcha