La Alhambra abre al público las Habitaciones del Emperador durante el mes de enero

La Alhambra abre al público las Habitaciones del Emperador durante el mes de enero

Destacan en estas estancias el artesonado, realizado por Pedro Machuca en 1532, y dos magníficas chimeneas

 

El Patronato de la Alhambra y Generalife abre al público durante el mes de enero las Habitaciones del Emperador, también conocidas como habitaciones de Washington Irving. Los visitantes que accedan al conjunto monumental tendrán la oportunidad de conocer todos los martes, miércoles, jueves y domingos, de 8.30 a 18.00 horas, este espacio cerrado habitualmente a la visita pública por su especial fragilidad.

El trazado de estas habitaciones se enmarca en el contexto de adecuación del palacio islámico a sus nuevos usos cristianos, construidas en lo que era conocido como el prado, cercano a la Sala de Dos Hermanas. En ese espacio se proyectaron una serie de habitaciones que unían el Palacio de los Leones con el de Comares. La construcción está atribuida a la época de Carlos V, aunque algunos investigadores han señalado unas posibles intervenciones en la época de los Reyes Católicos.

A pesar de los cambios visuales, cabe señalar que las nuevas edificaciones se proyectaron de una manera integrada con el resto de estancias nazaríes. Las salas se organizaron por medio de un corredor interno y en torno a un patio irregular, abandonándose las formas de disposición islámica basadas en cédulas independientes en torno a un patio y, por tanto, transformándose la comunicación entre las estancias.

La primera estancia, conocida como Despacho del Emperador, conserva una chimenea y un artesonado de cuarterones, realizado en 1532 por Pedro Machuca, y a continuación una antecámara por la que se accede a los dormitorios reales, donde se sitúa la segunda chimenea.

Sobre la puerta se conserva una placa de mármol colocada en 1914 en recuerdo al célebre escritor norteamericano Washington Irving, autor de los famosos 'Cuentos de la Alhambra', quien se hospedó en las habitaciones conocidas como Salas de las Frutas. Entre 1535 y 1537, los artistas Julio Aquiles y Alejandro Mayner, cercanos a Rafael, fueron los encargados de pintar las paredes de estas estancias.

 

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