La torpe campaña contra #Podemos

Con la experiencia adquirida tras haber sido responsable, en distintas etapas de mi vida profesional, de cuatro campañas electorales, tres de ellas con notorio éxito, de sendos candidatos con muy distinto, e incluso distante, perfil político, me siento capaz de opinar con fundamento, como en la cocina, sobre la campaña contra Podemos a la que se han lanzado a saco la tv Conferencia Espiscopal, los corifeos del Gobierno y ahora El País, como principales artífices. Miren, creo que pasará a la historia de la politología como la más torpe del mundo mundial.

 

Es que me descojono, me despiporro. Ayer escuché sucesivamente a un encofrador jubilado, una ama de casa, un médico y un estudiante universitario. Cada uno de ellos con muy distinta visión de la sociedad y, si me apuran, de la vida, pero todos con el denominador común de estar indignados, enfurecidos, llenos de la santa ira del Pueblo, porque votaron a Podemos y ahora ven cómo desde el poder los llaman terroristas, asesinos, ladrones financieros --eso 'aponderándolos'-- y toda suerte de despropósitos con presuntos hechos mal amañados y peor manipulados.

 

Desde luego, Podemos ya puede ahorrarse la próxima campaña electoral. Si yo fuese su equipo de agiprop me limitaría a hacerme con unos grandes capazos, unes filoxes, unes macones, vaya, para ir pañando los votos según les vayan cayendo a miles día tras día. Les juro que es el chollo del siglo.

 

Me figuro que las encuestas del CIS que comparten Gobierno y oposición al alimón deben de ser estremecedoras. Otra cosa no se explica. Pero ver a la tele de los obispos --Don Carlos, meta mano a ese polvorín, por favor, que les va a acabar explotando bajo los sitiales--, que está llamando todo el día al enfrentamiento entre los españoles, añorando el guerracivilismo e incurriendo, informativamente hablando, en todos los pecados capitales y a El País, cogidos de la manita contra los chavales de la coleta, huele tan a podrido que no aguanta un pase. Y mientras, el Gobierno anuncia, con dos cojones, que va a bajar los impuestos a las grandes fortunas y capitales, mientras los sube a los trabajadores despedidos y limita el tiempo de las bajas médicas para que los trabajadores vayan al curro como si se están muriendo. Y pretende cambiar a Zapatero, como autor de todos los males y crisis financieras del mundo, por Pablo Iglesias y Monedero. De coña.

 

Mira tú que es fácil argumentar contra la utopía. Pero no, a lo gocho, a lo gocho. Lo dicho. De seguir así, a la próxima Podemos en vez de un millón de votos tendrá dos, o tres, o cuatro o....



Dejar un comentario

captcha