20N y reconversión social

Por estas fechas, hace un año, el Rey recibía de manos de Eduardo Serra, presidente de la Fundación Everis, el informe “Transforma España” en el que 100 expertos y empresarios que representaban más del 90% del Ibex, planteaban, de forma rigurosa, 30

recomendaciones para una regeneración económica, social y política del país.

Por su contenido, valor de las propuestas y solvencia de los autores, tal documento podría calificarse como una enmienda a la totalidad del actual sistema.

Consta que el Rey agradeció “ el esfuerzo de gente tan importante en la defensa de los intereses generales” y que Rodríguez Zapatero también recibió el documento. En los medios de comunicación tuvo un eco moderado y muy raquítico en la televisión pública. Aunque ofrecía abundante ocasión para el debate,TVE prefirió mirar para otro lado y seguir el consejo de algún diputado que calificó el informe de intromisión rechazable en el “patriótico esfuerzo de defensa del estado de bienestar que solo a ellos corresponde”.

A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad es de una laxitud extrema y que se somete dócilmente a cualquier demagogo indocumentado encaramado al poder. Dos legislaturas de fracasos  políticos, económicos y sociales parecen haber creado un clima de conformismo e impotencia, en el que la ciudadanía se inhibe sin exigir la responsabilidad debida a unos gestores que han dado pruebas de sus desaciertos, de su mediocridad, de sus egoísmos de partido, de sus agendas populistas, del resentimiento sociológico y que han subvertido la democracia sustituyéndola por la dictadura partitocrática.

El 20 N está ya cercano y las urnas debieran decidir no una simple alternancia de partidos sino también cambios de conducta, de principios. Algo parecido a una reconversión social que prime la honestidad, el esfuerzo individual y colectivo, la cohesión social, la inversión en la calidad de vida de los más débiles y no en pompas y monumentalismos, que acabe con la endogamia y prevalezca el mérito, que haya seguridad jurídica en forma y en tiempo, que terminen los privilegios empresariales , sindicales y de partidos, que se mejore la eficacia de la gestión pública,  la exigencia de un compromiso ético al sistema financiero, acabar con el pensamiento único, embridar a la casta política y garantizar, garantizar la libertad.

Pueden sonar a disparos al aire, a difusa moralina pero por ahí andan  las urgencias de reformas, de transformar España. En pocos años nuestro país se ha hundido hasta límites desconocidos y mantiene una tendencia a la pérdida de posicionamiento en todos los indicadores , de tal modo que las perspectivas no pueden ser más desanimadoras.

Si en cuanto a la situación económica ya se ha dicho todo respecto al tunel en el que estamos aparcados, no son menos preocupantes las tensiones sociales que nos rodean. En cualquier momento los “indignados” del 15M añadirán sus movilizaciones, que aunque tengan fundamentos válidos nada resuelven,  pero añaden crispación y sirven de colchón para fuerzas radicales. Los sindicatos ya anuncian protestas para advertir que están donde siempre estuvieron para conservar sus irritantes privilegios y su incapacidad para reformar sus arcaicas estructuras en la defensa del trabajo y los trabajadores.

Para completar el cerco, en las últimas horas ya se anuncia que la decisión, unilateral y con trampa, de ETA se centrará en exigir al probable gobierno de Rajoy que se siente a negociar las contrapartidas de siempre. Con este escenario es muy difícil sustraerse al pesimismo sobre el inmediato acontecer del quehacer nacional.

Entran serias dudas de si en los días próximos contaremos con los líderes adecuados para reconducir al país, para sacarlo de tanta emboscada heredada y sobrevenida.

La respuesta es que tengan en cuenta los análisis que se encontraran en sus carteras de gobierno, que huyan de dogmatismos y de experimentos de ingenieria social, que prediquen con el ejemplo. Sentido de Estado, que no de partido, honestidad, trasparencia y esfuerzo , son buenas herramientas para impulsar la reconversión que necesita España.

 

 

 

 



Dejar un comentario

captcha