Un proyecto permitirá calcular la edad de árboles singulares en función de su diámetro

Un proyecto permitirá calcular la edad de árboles singulares en función de su diámetro

Caja Duero y la ONG Bosques sin Fronteras se han unido en el proyecto Ediar para conmemorar el Año Internacional de los Bosques. El proyecto, que recibió uno de los premios de Medio Ambiente otorgado por la Obra Social de Caja España-Caja Duero a finales de 2010, permite calcular la edad de determinadas especies de árboles en función de su diámetro y, además, recopila información sobre los árboles más singulares de Castilla y León.

 

El objetivo principal del proyecto ha sido dotar a todos los colectivos sociales, económicos y a los municipios de Castilla y León, y en particular a los más cercanos a árboles singulares ya catalogados, de una herramienta innovadora, de fácil utilización para la gestión ambiental y desarrollo económico de las zonas rurales asociadas a especies individuales o masas forestales.

 

Esta herramienta consiste en una aplicación interactiva (en DVD multimedia y web) que proporciona, de forma amena y sencilla, información exhaustiva y detallada de los árboles centenarios y monumentales de Castilla y León y una sistema de fácil utilización para el cálculo de la edad de determinadas especies de árboles para las cuáles es difícil aplicar otras técnicas de datación.


La aplicación consta de cuatro apartados principales. El primero de ellos presenta un recorrido por los árboles centenarios y monumentales de Castilla y León, mostrando datos de situación, dimensiones, motivo de singularidad y figura de protección, entre otros. El segundo se centra en la edad de los árboles y los diferentes métodos para su cálculo. El tercero presenta información acerca de cómo medir un árbol y el último proporciona una herramienta interactiva en la que, seleccionando la especie de interés e introduciendo el dato de su perímetro, se obtiene una medida muy aproximada de la edad.


Esta última aplicación se ha obtenido después de exhaustivos estudios estadísticos en los que se han tenido como punto de partida los datos proporcionados por el II y III Inventario Forestal Nacional y para el que se ha contado con la colaboración de expertos en dendrocronología del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias y la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Forestales de la Universidad Politécnica de Madrid.
 

Por qué conocer la edad de un árbol

 

El conocimiento de la edad biológica de un árbol ayuda a percibir mejor sus necesidades. Si sabemos que su edad se encuentra cercana a la edad máxima de la especie, podremos actuar en consecuencia, realizando los tratamientos adecuados a su avanzada edad. Si por el contrario el árbol se encuentra en un ciclo intermedio será más receptivo a los tratamientos necesarios que se planteen ante cualquier eventualidad. El estudio de crecimientos también nos aporta una información adicional sobre la vida del árbol. Un acontecimiento de sequía, un incendio o cualquier otro incidente queda grabado para siempre en los anillos de los árboles.


Asimismo, evaluar la edad de un árbol singular no es fácil y normalmente se consigue una aproximación. La mayoría de los árboles desarrollan anillos de creci¬miento que suelen coincidir con un periodo de desarrollo del árbol. En una sección transversal del tronco, lo más próxima al suelo, puede determinarse la edad del árbol, contando el número de anillos que se observan. Sin apenas dañar el árbol, con el em¬pleo de aparatos adecuados, como la Barrena de Pressler, se pueden extraer muestras transversales de madera de apenas unos centímetros de grosor, lo que permite conocer el crecimiento de los árboles y realizar estimaciones de la edad bastante fiables.

 

 

 

Los árboles más longevos
Según la información de Bosques sin Fronteras, pocos temas están tan abiertos a la especulación como la edad de un árbol. Es cierto que los árboles son seres vivos varias veces centenarios, pero ante la contemplación de muchos de estos gigantes muchas veces las cifras se disparan. Existen abundantes casos de árboles grandes considerados milenarios sin ninguna base fundamentada. En la edad influyen muchos parámetros, y uno de los más importantes es la especie de árbol del que se trate.


Para una encina no tiene ningún mérito llegar a los tres siglos de vida, a esa edad se encuentra en plenitud de facultades y en uno de sus momentos mas productivos. Para un chopo llegar a los 300 años es un logro importante, pues a esa edad se encuentra en la decrepitud de su vida. Las secoyas también alcanzan longevidades elevadas superiores a los 3.000 años. En California, en Sierra Nevada, se localiza una secoya, de la especie Sequoiadendrum giganteum, que alcanza los 3622 años. En España, los pinos laricios (Pinus nigra Arn.) y los pinos canarios (Pinus canariensis) son de los tipos de pinos que se han encontrado con mayor edad. Algunos pinos laricios de las Sierras de Cazorla y Segura, por métodos dendrocro¬nológicos se han datado entorno a los 1.000 años de edad. Curiosamente estos árboles no son los más grandes ni los más bellos del territorio, sino que son ejemplares retorcidos y casi enanos situados en las zonas más escarpadas de las cumbres. En la Sierra de Madrid, probablemente, se encuentre el árbol más viejo de nuestro territorio, el Tejo de Rascafría. A este tejo se le supone una edad que oscila entre los 1.000 y 1.500 años.

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