La nave azul

Hacía tiempo que no sabía de un antiguo compañero en las tareas mineras de HUNOSA, Melchor Riol Horta, y fue una agradable sorpresa haberme encontrado hoy con él con motivo de haber tenido el detalle de entregarme dedicada su tercera novela, “El eslabón de la cadena”. Melchor Riol, avilesino de pura cepa, fue durante13 años electromecánico del pozo Lieres donde sufrió un accidente laboral en una rodilla que le apartó del interior de la mina. Intelectual inquieto publicó su primera novela, “Los tres álamos”, ambientada como no podía ser emnos en una tragedia minera. Luego publicaría también “La forja de minero” y ahora le toca “El eslabón de la cadena” en la que nos transporta Melchor Riol a los prolegómenos de la guerra civil en Asturias con una historia de amistad, incertidumbre y lucha por unos ideales propios de esa época en la que los protagonistas son un pescador y un minero.

Tras dejar el pozo Lieres Melchor Riol, a quien le apasiona la radio además de tener el verbo fácil, estuvo en una emisora municipal en Siero y luego durante diez años en radio Medea, ubicada en el polígono de ASIPO, quien azotada por la crisis hubo de cerrar sus emisiones hace un año. Durante esos años el ex minero avilesino realizó un popular programa musical en la noche, “La nave azul”, que tenía muchos seguidores y, lo que son las cosas de la vida, una de sus oyentes, empresaria junto a su esposo de una empresa de telecomunicaciones en Gijón se interesó por qué había sido del popular radiofonista, localizándole y ofreciéndole trabajo que actualmente desempeña. Se trata de la compañía Teymón, una de las tres contratadas por Telefónica para cablear con fibra óptica Asturias. En estos momentos lo están haciendo en Oviedo donde ya llevan cableado mas del 90 por ciento lo que en el verano, cuando finalice la obra, el ciudadano de la capital del Principado habrá visto romperse el monopolio de fibra óptica de Telecable ya que a través de Telefónica podrá contratarse servicios no solo de Movistard sino también de las demás operadoras. Así pues la alta velocidad en la transmisión de datos dejará de ser exclusiva de Telecable, hoy en manos de una compañía norteamericana, para abrir el mercado a la competencia como ocurre, por ejemplo, con las suministradoras de energía eléctrica.

Pero volviendo a mi admirado escritor minero Melchor Riol me encuentro además con la agradable sorpresa de que ésta, su tercera novela, “El eslabón de la cadena”, está dedicada con agradecimiento a Emeterio Alvarez de San Juan dela Arena y al artista Jorge Nuñez Martínez. Emeterio Alvarez, que falleció hace unas fechas, fue durante años no solo un gran patrón de barco y presidente de la cofradía de pescadores de dicha localidad sino también un excelente narrador de historias marineras, algunas de las cuales protagonizó. Hace ya más de 30 años que conocí a Emeterio y le publique alguno de sus relatos en La Voz de Asturias donde yo era encargado de corresponsales. Ello hizo que fuera su amigo y supiera por su boca historias del Cantábrico, de la gente marinera asturiana, que no tenían desperdicio y ha sido la casualidad, el encontrarme con Melchor Riol, la que me devuelva la figura de Emeterio Alvarez, asesor del escritor avilesino en temas marineros. No se si la vida es un pañuelo pero Asturias sí que lo es, por después de un montón de años sin vernos Melchor Riol y un servidor nos hemos tomado un vino en recuerdo de Emeterio Alvarez, un lobo de mar de pura raza al que siempre recordaré paseando a la orilla de la desembocadura del Nalón mientras vigilaba la captura de la angula.



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