Chile recuperó su "liderazgo y dinamismo", afirma Piñera en su mensaje de fin de año

Chile recuperó su "liderazgo y dinamismo", afirma Piñera en su mensaje de fin de año

Santiago de Chile.-A través de una cadena voluntaria de radio y televisión, el presidente Piñera hizo una reflexión de lo que fue este año 2013, donde destacó que los logros que ha conseguido nuestro país se deben al “esfuerzo de todas las chilenas y chilenos, y también de un Gobierno responsable y que trabaja incansablemente para cumplir sus compromisos con todos nuestros compatriotas”.
Asimismo, hizo un llamado “a seguir trabajando con unidad y a entregar lo mejor de nosotros mismos” para cumplir “la misión de nuestra generación: transformar a Chile, antes que termine esta década, en un país desarrollado y sin pobreza, y en el que los valores de la vida, la familia, la justicia y el cuidado del medio ambiente, sean parte del alma de nuestra nación”.

 

A continuación, el texto completo de la intervención del Mandatario:

Chilenas y chilenos:

En 4 días más estaremos celebrando el comienzo de un nuevo año, que todos queremos sea bueno y generoso con nuestra patria.

Es tiempo de hacer una reflexión respecto del año que se va. ¿Qué hicimos bien? ¿Qué hicimos mal? ¿Qué pudimos haber hecho mejor? Y también de levantar la vista hacia el año 2013, definir nuestras prioridades y prepararnos para los problemas y desafíos que deberemos enfrentar.

Sin duda nos ha tocado gobernar en tiempos difíciles. En los últimos días del Gobierno anterior, en esa inolvidable madrugada del 27/F, Chile fue golpeado por un devastador terremoto y maremoto que significó la pérdida de muchas vidas humanas y nos dejó un formidable desafío de reconstrucción.

Por otra parte, la economía mundial lleva ya más de 4 años en medio de una crisis que ha significado recesión, desempleo y angustia en muchos países del mundo, incluyendo los más desarrollados.

Pero no todos nuestros problemas son responsabilidad de la naturaleza ni del difícil contexto mundial. Lo cierto es que mucho antes del terremoto y de la crisis económica internacional, Chile venía dando signos de fatiga y estaba perdiendo el liderazgo y el dinamismo, lo que había debilitado nuestra capacidad de crecer, de crear empleos, de mejorar los salarios, de reducir la pobreza, y también había postergado múltiples y justificadas reformas y demandas de los ciudadanos.

Fue en esas difíciles circunstancias que asumimos el honor y la responsabilidad de gobernar nuestro país con un compromiso de cambio, futuro y esperanza para todos los chilenos, pero muy especialmente para los más vulnerables y los de clase media.

Hoy, 2 años y 10 meses después, más que las promesas, corresponde que sean los hechos los que hablen.

Chile ha recuperado su liderazgo y dinamismo y ya estamos entre los países de mayor crecimiento del mundo. Hemos creado más de 700 mil nuevos trabajos y nos estamos acercando al pleno empleo. Los salarios están aumentando con fuerza, la inflación está bajo control. La pobreza y las desigualdades excesivas, aunque lentamente, por fin están disminuyendo. Hemos logrado reconstruir más del 80% de lo que el terremoto y maremoto destruyeron, y viejos y sentidos anhelos de los chilenos, como por ejemplo, el posnatal de 6 meses, la eliminación del descuento del 7% de salud, el término de las listas de espera por enfermedades Auge, la libre elección en Fonasa para nuestros pensionados, el Bono Bodas de Oro y el Ingreso Ético Familiar, son hoy una realidad.

¿Es esto casualidad? Por supuesto que no. Es fruto del trabajo de ustedes, del esfuerzo de todas las chilenas y chilenos, y también de un Gobierno responsable y que trabaja incansablemente para cumplir sus compromisos con todos nuestros compatriotas.

¿Faltan problemas por resolver? Por supuesto que sí, faltan muchos problemas por resolver. Entre ellos quisiera destacar la lucha frontal contra la delincuencia y el narcotráfico, que tanto daño causan a las familias chilenas. Y a pesar de los avances en este campo, no estamos contentos con los resultados obtenidos y necesitamos una mayor coordinación con nuestras policías, nuestros fiscales y nuestros jueces.

También deberemos sacar adelante la reforma educacional, para que todos nuestros niños y jóvenes tengan los instrumentos para poder desarrollar los talentos que Dios les dio.

Y para proteger la calidad de la educación superior, el Gobierno está tomando las medidas necesarias, incluyendo hasta el cierre, si fuera inevitable, de aquellas universidades que, al no cumplir con la ley ni con los estándares de calidad, han defraudado a los estudiantes y a sus familias.

Comprendo la incertidumbre y angustia que hoy día los afecta. Y por ello este Gobierno protegerá los derechos de los estudiantes, a través de la mantención de sus beneficios económicos y buscando su reubicación en otras instituciones de educación superior.

Para evitar que esas dolorosas situaciones se repitan, estamos promoviendo un profundo cambio en la institucionalidad que heredamos, a través de un nuevo sistema de acreditación y fiscalización para nuestra educación superior.

Seguiremos trabajando para mejorar la calidad de la salud, para que nuestros enfermos reciban una atención digna, oportuna y eficaz.  Continuaremos impulsando el programa Elige Vivir Sano, que encabeza la Primera Dama, para crear una verdadera cultura de vida sana, en que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad de ser el principal guardián y también el principal beneficiario de su propia salud. Y, por supuesto, seguiremos trabajando para reducir la pobreza y las desigualdades excesivas, y para hacer de Chile una patria más justa y más fraterna.

¿Es posible lograr todo esto en medio de un mundo en crisis y recesión? Sí, y depende de nosotros.

Por eso hoy llamo a mis compatriotas a seguir trabajando con unidad y a entregar lo mejor de nosotros mismos.

Porque si hemos tenido tres años de siembra y esfuerzo, hoy ha llegado el tiempo de cosechar los frutos y los beneficios, de forma que cada día sean más y más las chilenas y chilenos, especialmente los más vulnerables y de clase media, los que vean cómo sus vidas y la de sus familias cambian para mejor.

También llegó el tiempo de cumplir con la misión de nuestra generación: transformar a Chile, antes que termine esta década, en un país desarrollado y sin pobreza, y en el que los valores de la vida, la familia, la justicia y el cuidado del medio ambiente, sean parte del alma de nuestra nación.

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