Los Triunfadores (Final de Las 8 combinaciones de la Infelicidad)

Los Triunfadores (Final de Las 8 combinaciones de la Infelicidad)

Si uno apuesta por todas las posibles combinaciones en un juego de azar no cabe duda de que encontrará, de entre un enorme número de intentos fallidos, la ganadora.

 

Los Triunfadores son aquellos que han logrado la perfecta convergencia entre el sentimiento positivo, el pensamiento positivo y la acción positiva. Es lo que los psicólogos llamamos “fluidez” y los religiosos llaman “iluminación”. Si los Tóxicos eran agujeros negros para el resto, los Triunfadores (o “felices puros”) son estrellas que iluminan y dan calor a su alrededor sin necesidad de extraerlo de ningún otro sitio, ellos mismos son el origen de la felicidad.

 

No necesitan que nadie les haga felices, saben que primero son ellos los que deben hacer felices, son ellos los que primero tienen que transmitir la energía que luego les vendrá devuelta en términos de agradecimiento, afecto correspondido o simplemente satisfacción por haber transmitido amor. ¡Ojo! No me refiero al amor propio de película rosa, me refiero a la emoción positiva más intensa que un ser humano puede sentir hacia algo, ya sea la pareja, los hijos, el trabajo, los amigos, un Ferrari, el arte, las aficiones, la religión, etc.

 

¿Cómo se sabe si es amor? Sólo sienten verdadero amor los Triunfadores, pues el amor busca la coherencia entre corazón, cerebro y manos y, a partir de ahí, desarrolla el “trabajo de amar” hasta el nivel de un Triunfador, elevándose por encima de los problemas cotidianos y actuando conforme a su prioridad mayor: sentir la mayor cantidad de amor posible durante todos los días de la vida, es decir, mantener la coherencia positiva hasta la muerte.

 

No es amor quien sólo siente y piensa y no hace; no es amor quien quiere pensar que ama y hace pero no siente; no es amor quien siente y hace pero duda.

 

Los triunfadores no necesitan reconocimientos, su propósito simplemente es ser coherente con el Principio de la “emoción positiva mayor” y eso es suficiente. Los religiosos buscarán recompensa en su dios, los que no lo sean simplemente buscaran calma en su conciencia y horas de sueño tranquilo.

 

Son los niños, antes de que los padres les contaminen con sus formas de sentir, pensar y actuar, los que tienen por defecto esta coherencia positiva. Son Triunfadores natos, son valientes, tienen mala memoria para las preocupaciones que no aportan nada y, sobre todo, saben jugar a vivir la vida que les da la gana.

 

Responde a esta pregunta:


¿Qué tienes aún de niñ@? Sin duda muchas cosas: creatividad, imaginación, capacidad para sugestionarse, capacidad de recuperación, automotivación…

 

Un abrazo chic@s

 

Espero que os haya gustado esta serie y os haya ayudado a identificaros.

 

jacaperan@gmail.com

@Jcaperan

5 comentarios

  • # gijonesa Responder

    21/02/2012 18:26

    En el aspecto negativo aún conservo el ser en ocasiones caprichosa y enfadarme por cosas sin importancia , En el aspecto positivo la imaginación y la automotivación para intentar mejorar.

  • # gijonés Responder

    21/02/2012 20:04

    Soy un niño y peino canas. Sólo reconozco a otros niños. Mi niño sabe comunicarse con otros niños y no entiende a esos mayores que van como ... y a veces me siento solo y me da miedo: no tengo 'principitos' con los que jugar, todos son mayores.

  • # sofi Responder

    23/02/2012 10:46

    J. Ángel, te descubrí hace 1 semana y me ha gustado la serie.Gracias por invitar a la reflexión y al debate sobre contenidos interesantes. Desgraciadamente no soy una triunfadora ni tengo la suerte de conocer a alguien que lo sea (plenamente, me refiero)

  • # José Ángel Caperán Responder

    23/02/2012 11:59

    Gracias gijonesa,gijonés y sofi!! La meta es ser plentamente feliz, coherente, triunfador y las decisiones que tomemos en la vida deben ir encaminadas a lograrlo. Si no sabemos por lo menos debemos desarrollar la habilidad de pedir ayuda. Un abrazo!!!

  • # Jorge Responder

    27/02/2012 22:53

    Lo que tengo de niño, que no me gusta, es el miedo. La sensación de vértigo ante los enormes cambios y la incertidumbre... el no saber. Lo que me gusta es la valentía puntual, el juego, la risa, la curiosidad, la ilusión... el amor incondicional...

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