El discurso de un hombre tranquilo

No hubo sorpresas en el discurso del presidente del Principado Javier Fernández sobre el estad0 de la región. Monocorde, sin altibajos ni exabrutos, elegante, buscando la regeneración política asturiana, sin lanzar el dedo acusador a su antecesor, solo algún que otro puyazo más bien en abstracto y por supuesto sin promesas. Juramentado a cumplir la ley, acata sin pestañear las órdenes del gobierno central de Mariano Rajoy y deduzco que ya tiene en la manga el ás de la financiación de los 423 millones de euros que insuflaran un cierto aire de despegue económico a nuestra autonomía.

Javier Fernández hizo hincapìe en la necesidad de regenerar la vida política asturiana, dotándola de una estabilidad que antes no tenía y que hacía ingobernable nuestra región. Leyendo la hora y cuarto que duró su intervención, sin levantar apenas los ojos de los folios, fue desgranando la dificil situación en que se encuentra Asturias pero sin dar márgen alguno a acciones que le lleven a incumplir la ley y por tanto las directrices emanadas del gobierno que preside Mariano Rajoy. No dudo al comprometerse como objetivo prioritario el luchar contra el paro aunque sin aportar solución alguna por lo que, supongo, los 99.100 desempleados que hay en nuestra autonomía habrán quedado un tanto fríos al respecto. Pero sí anunció el adelgazamiento de los chiringuitos públicos, la adecuada gestión del Niemeyer, sin exculpar en absoluto a los anteriores responsables, y como única concrección en definitiva anunció que la próxima semana tendría resuelta la financiación de los 423 millones de euros vía banca privada.

Javier Fernández es el primer secretario general de la Federación Socialista Asturiana que a la vez desempeña la jefatura del Ejecutivo asturiano lo que en su momento no lo logró ni Vicente Alvarez Areces quien, eso sí, bien suspiró por ello. Además puede que el destino, además de los votos de los asturianos, haya colocado a este ingeniero de minas de la cuenca minera, de firmes creencias socialistas por vocación familiar, al frente de Asturias en unos momentos en los que se necesita sosiego y diálogo, nada de enfrentamientos gratuitos ni personalistas que tantos ha habido en nuestra historia comtemporánea y así nos lució el pelo.

Mantiene como asesor o secretario adjunto al veterano José Angel Fernández Villa con quien, me consta, habla a diario por teléfono, que el sindicalista anda con salud delicada no haciendo aparición alguna en público desde que prendió fuego a unos neeumáticos en verano cuando el conflicto minero. Villa continúa con un amplio control de las bases en las cuencas centrales y su sintonía con Javier Fernández es total.

Habrá que esperar a mañana, a los discursos de los líderes de la oposición que estoy seguro volveran a echarse los trastos a la cabeza unos contra otros. Ya se que de este debate de la región, a cuatro meses de gobierno en minoría de Javier Fernández, no va a salir nada práctico pero siempre es bueno debatir y además de esta manera sus señorías justifican en parte su generoso sueldo. De todas las maneras nuestros políticos deben estar al tanto de lo que las encuestas dicen de ellos tras interrogar al ciudadano de a pie y es que comienzan a verles como un problema. O lo que es lo mismo, como una grieta en el embalse de Los Alfilorios. Lo dicho, como para no preocuparse con la que se avecina.

 



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