Identificado el mecanismo que altera la coordinación motora por consumo crónico de cannabis

Identificado el mecanismo que altera la coordinación motora por consumo crónico de cannabis

UPO/DICYT Según la Organización de Naciones Unidas, los derivados de la planta Cannabis sativa, el cannabis o marihuana, son las drogas ilegales más consumidas en el mundo. Gracias a diferentes estudios científicos, comenzamos a conocer determinadas disfunciones que una exposición crónica al cannabis provoca en el cerebelo humano, a pesar de que los mecanismos neurobiológicos involucrados son aún desconocidos.

 

Es sabido que el consumo crónico de cannabis produce diversos cambios a nivel cerebral. Una de las alteraciones recientemente descritas es la aparición de déficits en la coordinación de los movimientos que pueden modificar diversas conductas como, por ejemplo, la capacidad de conducir vehículos. La magnitud y posibles mecanismos implicados en dichos déficits motores inducidos por el cannabis no habían sido hasta hoy clarificados.

 

Un equipo de investigadores de la Universidad Pompeu i Fabra de Barcelona y de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla ha descubierto el mecanismo cerebral responsable de la alteración de la coordinación motora asociada a la exposición crónica del principal componente psicoactivo del cannabis, el delta9-tetrahidrocannabinol (THC). En este trabajo experimental, que se publicará hoy lunes 24 de junio en la edición digital de la prestigiosa revista The Journal of Clinical Investigation, los investigadores de la Universidad Pompeu i Fabra Laura Cutando, Arnau Busquets, Emma Puighermanal, Maria Gomis, Rafael Maldonado y Andrés Ozaita, y de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla José María Delgado y Agnès Gruart, han demostrado que los ratones expuestos al THC desarrollaban un déficit en la función del cerebelo, un área cerebral crítica en la regulación de la coordinación de movimientos encadenados y sucesivos y en el aprendizaje motor.

 

Esta área cerebral mostró síntomas de neuroinflamación tras la exposición al THC, caracterizados por la aparición de células de microglía reactivas. Estas células son consideradas el sistema inmune del cerebro, y reaccionan a cambios en la homeostasis cerebral. Los investigadores observaron que la microglía, tras la exposición al THC, mostraba una morfología propia de un daño neuronal localizado en el cerebelo y liberaba factores inflamatorios como diferentes tipos de citoquinas, y que este tipo de microglía era la causante de los problemas de coordinación motora observados tras la administración del THC. Cuando se emplearon tratamientos para reducir la reactividad de la microglía, se obtuvo una mejora considerable en la coordinación motora y en el aprendizaje mediado por el cerebelo.

 

En este estudio también se demuestra que la exposición crónica a cannabinoides disminuye el número y la función de los receptores para cannabinoides en el cerebelo, una disminución que resultó directamente implicada en los efectos deletéreos del cannabis. En este sentido, la utilización de ratones modificados genéticamente que expresan menos receptores para cannabinoides, también mostraron neuroinflamación en el cerebelo y déficits en la coordinación de movimientos. Estas alteraciones también fueron evitadas por el tratamiento con fármacos que previnieron la neuroinflamación.

 

Estos resultados obtenidos en ratones de laboratorio han permitido esclarecer los mecanismos por los que la exposición crónica al cannabis afectaría a la coordinación fina de los movimientos, y destacan el papel de la microglía cerebral en funciones que hasta la fecha habían sido adscritas a la actividad exclusiva de células neuronales.

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