Oficios fuera de Asturias: Amas de cría

Oficios fuera de Asturias: Amas de cría

Muchos asturianos tuvieron que irse de su tierra  a ganarse el pan. Gente con pocos recursos  pero ganas de salir adelante. Siempre fuimos emprendedores ganándonos el prestigio de trabajadores y honrados allá donde fuésemos.

 Mi primer artículo está dedicado  a las mujeres, las amas de cría.

Madres recién paridas que tuvieron que dejar a sus hijos en manos de su familia alimentándose de leche del ganado o de otras mujeres del pueblo  o que sus hijos habían muerto. Mujeres de gran robustez y dotes para la crianza dejaban su tierra y su familia para ayudar con dinero a los que se quedaban en casa. Fueron muy famosas las amas de cría pasiegas, pero también las asturianas gozaron de gran fama

Nunca marchaban solas a no ser que estuviesen recomendadas en la casa donde iban. Algunas incluso ponían anuncios en el periódico de las capitales anunciando sus servicios.

Durante el viaje se hacían con un perrito recién nacido para amantarlo y así no se le retirase la leche.

En las ciudades se congregaban en las plazas esperando a ser contratadas por alguna familia bien. Allí esperaban durante días a veces comiendo un mendrugo de pan.

En Madrid se solían reunir en la Plaza de Santa Cruz.

Tenían que tener entre 19 y 26 años, que hubiesen parido al menos dos veces , No haber padecido ninguna enfermedad y tener la dentadura en buenas condiciones.

Eran sometidas a un reconocimiento médico para ver si estaban sanas y si su leche era buena. Esta no debía ser ni demasiado espesa ni demasiado acuosa, ni su sabor ser agrio ni demasiado dulce, y poseer un color blanco.

Al entrar en la familia se las cuidaba y alimentaba como a un miembro más pues “la leche no sale de la nuca, si no de la manduca”.

Tener un ama de cría  a la vez que a las mujeres de clases acomodadas evitaban las molestias asociadas a la crianza de los hijos, aportaba un prestigio social, por lo que se las exhibía muy bien vestidas, casi siempre de delantal y cofia blanca  y bien alhajadas. “Cuando el niño echa un diente, al ama unos pendientes”.

 La nodriza no solo se encargaba de alimentar al infante sino también de su cuidado, estableciéndose entre ellos un vínculo muy especial, llegando incluso a tener el niño más cariño por su criadora que por su madre biológica.

En ocasiones cuando el ama de cría dejaba de tener su función, permanecía en la casa cuidando del niño como “ama seca”, teniendo un estatus más alto que el resto de los criados.

Las amas de cría se pusieron de moda con el auge de la burguesía en el siglo XVIII hasta principios del Siglo xx cuando aparecieron las leches pasterizadas.

 

 

 

 

1 comentario

  • # Estrella Responder

    03/04/2013 01:15

    Mi abuela fue madre soltera y dej,o a mi tio en casa criandose cpn leche de cabra agiada. Estuvp de nodriza en casa de unos señores en Madrid .Años mas tarde se casp y nacio mi madre.gracias Suarez por recordar aquellas mujeres

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