NO a los incendios forestales

NO a los incendios forestales
  • La RAI pone sobre el tablero 14 puntos básicos que todo ciudadano debería conocer sobre los incendios forestales

 

  • En el área mediterránea en donde vivimos no es posible suprimirlos totalmente

 

  • A partir de aquí la RAI propone empezar a  trabajar en una gestión real y efectiva contra los incendios forestales

 

  • Hay que intentar minimizar su número y gravedad mediante la concienciación y la gestión integral del territorio

 

 

 

1)  No obedecen a patrones homogéneos

 

     Los incendios forestales no son un fenómeno sencillo de explicar, ni siempre obedecen a patrones homogéneos a lo largo del territorio. En España existe una amplia variedad geográfica de situaciones, de forma que existen problemáticas diversas en cuanto a los factores humanos del riesgo, causas inmediatas y la frecuencia o las superficies afectadas. Además, no siempre el riesgo meteorológico conlleva mayor número de incendios.

 

2) Desde hace siglos España convive con los incendios forestales

 

Su clima, cálido y seco en verano, la hace especialmente vulnerable a la propagación del incendio una vez iniciado el fuego.

 

3) Todos los años mueren personas en las labores de extinción

 

El año 2012 está siendo especialmente trágico para España en materia de incendios, por la pérdida de 10 vidas y por la gran superficie quemada. Lamentablemente, se desconoce que todos los años mueren personas en las labores de extinción (en la década 1996-2008  hubo una media de 6 fallecidos al año) y que son muchos los años en los que la superficie quemada es similar o incluso significativamente mayor.

En 1978, 1985, 1989 y 1994 se quemaron más de 400.000 hectáreas. La década de 1981-90 fue espectacularmente mala.

 

 

Datos medios anuales

Década

Nº siniestros

Superficie quemada (miles ha)

Total forestal

Arbolada

ha

%

1961-1970

1.920

52,1

24,5

47,02

1971-1980

4.595

169,1

70,2

41,51

1981-1990

10.088

238,1

94,7

39,77

1991-2000

19.272

159,9

62,8

39,27

2001-2008

17.988

120,5

41,0

34,02

2009

15.642

119,9

40,4

33,69

2010

11.722

54,8

10,2

18,61

2011(*)

16.028

84,5

18,4

21,78

2012 (*)(hasta 16/Sep)

13.512

184,8

74,5

40,31

(*) Datos provisionales

 

 

4) Cada vez es mayor el riesgo de incendio y de que se propague 

 

Cada vez hay más bosques y más densos o con abundante matorral por el abandono de la agricultura y la ganadería extensiva y por el declive de los aprovechamientos forestales; y más personas por lo que cada vez es mayor el riesgo de incendio y mayor la probabilidad de que se propague.

 

La interfaz-urbano forestal se ha ampliado en las últimas décadas de forma preocupante pues dificulta la identificación de la frontera entre espacios urbanos y forestales, favorece la confusión en la legislación a aplicar, desvincula al ciudadano de la percepción del riesgo de incendio y complica enormemente la gestión de la emergencia cuando se produce el fuego. 

 

5) Menos del 20% de los incendios son por causa desconocida

 

Se ha avanzado de forma significativa en conocer la causalidad de los incendios forestales. Pese a lo que piensa mayoritariamente la población, menos del 20% de los incendios son por causa desconocida. Lo que sí resulta difícil es conocer al responsable y demostrar su culpabilidad.

 

6) Ni para urbanizar ni para vender la madera

 

Las causas por las que se originan los fuegos son variopintas, pero los montes que arden en España no se queman ni para urbanizar el terreno ni para vender la madera. Cualquier mensaje en esta dirección desvía la atención de los auténticos responsables.

 

 

 

7) El 95% son intencionados y por negligencias o accidentes

 

En España, al igual que en el resto del mundo, el inicio del fuego en los montes y el consiguiente incendio forestal se origina en un 95% de los casos por la acción humana (intencionados y negligencias ó causas accidentales), siendo el 5% restante debido a causas naturales (rayos). En correspondencia lógica, se podrían clasificar respectivamente en evitables (mediante acciones individuales o políticas forestales) e inevitables.  

 

8) Los pinos no son el motivo de que los montes ardan

 

En ningún caso el origen de la masa (masas naturales o repoblaciones) o la especie (pinos y eucaliptos*) son motivos por los que los montes ardan. El incendio casi siempre lo provoca el hombre y todos los montes arden cuando las condiciones ambientales (humedad, temperatura y viento) son especialmente desfavorables. Desde el matorral al alcornocal e, incluso, la laurisilva canaria. La reiterada alusión en los medios de comunicación a las especies “pirófitas” desvía la atención sobre las causas reales. Los pinos fueron plantados por ser, entre nuestros árboles autóctonos, las únicas especies capaces de prosperar en suelos degradados tras milenios de pastoreo.

 

9) La concienciación ciudadana es la mejor prevención

 

La mejor prevención es la concienciación ciudadana, en especial en lo que se refiere al uso del fuego en el medio agrícola (quema de rastrojos) y ganadero (eliminación o reducción de la talla del matorral y estímulo del rebrote herbáceo o leñoso). Esta es la principal causa de los incendios forestales (número de incendios).

 

10) Hacer a los bosques más resistentes a la propagación del fuego

 

Una vez concienciada la sociedad, la mejor forma de evitar los daños por incendios es mediante medidas de gestión –del paisaje y de la estructura de la vegetación– que, una vez iniciado el fuego, hagan a los bosques más resistentes a la propagación.

 

11) Los montes de Soria, el mejor ejemplo de gestión forestal

 

Se debe estimular el consumo de productos forestales. Los montes gestionados que producen beneficios a sus propietarios se queman menos. Soria es el mejor ejemplo. 

 

12) El gasto de las administraciones en medios de extinción

 

No se dispone de información relativa a lo que gastan las administraciones (central, autonómicas y locales) en medios de extinción (brigadas, helicópteros y aviones), pero  acusar a las administraciones ?las únicas que invierten, poco o mucho, en prevención y en extinción? de haber reducido sus asignaciones presupuestarias es desviar la atención sobre los verdaderos problemas vinculados a los incendios. En 2012 el Ministerio puso a disposición de las Comunidades Autónomas 62 aeronaves y 500 personas, los mismos medios que en 2009.

 

13) El esfuerzo económico en extinción no debe aumentar

 

El esfuerzo económico en medios de extinción en los últimos años ha sido extraordinario y no debe aumentarse (probablemente tampoco se pueda). La inversión en medios de extinción es una política de corto plazo y los montes necesitan políticas integradas y a largo plazo que se centren en la eliminación de las causas de los incendios.

 

14)  Objetivo: reducir número de incendios y minimizar su gravedad

 

La supresión total de la ocurrencia de incendios forestales en el área mediterránea en la que vivimos no es posible así que debemos trabajar en la prevención (concienciación), lo que reducirá su número, y en la gestión integral (paisajes discontinuos, compartimentados, y con menos biomasa por su aprovechamiento). para minimizar su gravedad

 

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