Vecinos de La Florida, Vallobín, Argañosa y La Manjoya denuncian el miedo creciente ante un presunto pirómano que lleva días actuando impunemente mientras las autoridades rastrean pistas sin detenidos por ahora

La noche del lunes al martes fue, según varios testigos, "una noche de locos". Pero no por una tormenta, ni por fiestas callejeras. Fue por fuego. Más de una decena de incendios intencionados en contenedores de basura mantuvieron en alerta a vecinos, policías, bomberos y hosteleros entre las 22:50 y las 6:00 horas en barrios populares de Oviedo como La Florida, La Argañosa, Vallobín y La Manjoya. Una furgoneta apareció también envuelta en llamas, en lo que podría ser el último eslabón de una cadena de fuegos provocados por un individuo que, por ahora, sigue suelto.

La preocupación no ha tardado en crecer. Los vecinos, que salieron con cubos de agua y extintores para apagar los fuegos, describen un sentimiento de inseguridad y rabia contenida. “Esto no es una gamberrada. Es un ataque a nuestro barrio, a nuestra vida tranquila”, decía un residente de la calle Escultor Laviada, donde uno de los incendios calcinó varios cubos.

Algunos hosteleros incluso colaboraron con la Policía en la extinción de las llamas. “Estábamos en plena faena del cierre cuando vimos las llamas. Salimos corriendo a ayudar. A cualquiera se le puede quemar el coche o el local si esto sigue así”, afirma la encargada de un bar en la plaza Gabino Díaz Merchán.

Perfil del sospechoso y pistas de la investigación

Uno de los pocos testigos que logró ver al autor de uno de los incendios asegura que se trata de un varón joven, delgado y aparentemente de origen extranjero. No hay, por el momento, una descripción más precisa ni se ha producido ninguna detención oficial. La Policía Local mantiene abierta la investigación, centrada en recopilar grabaciones de videovigilancia, contrastar testimonios y buscar patrones de movimiento que puedan llevar al autor.

La cadena de incendios comenzó en la calle Doctor Solís, donde se calcinó un primer contenedor. Le siguieron fuegos casi simultáneos en calles como Vázquez de Mella, Escultor Laviada, Marcelino Suárez (en dos tramos distintos), Argañosa, Gregorio Marañón, Manuel del Fresno y la ya citada plaza Gabino Díaz Merchán. Al menos un vehículo estacionado ha resultado dañado, y una furgoneta apareció incendiada en La Manjoya en torno a las seis de la mañana, cerrando una noche frenética para los servicios de emergencias.

El suceso se enmarca dentro de un contexto más amplio de tensión vecinal. La quema de contenedores, en apariencia menor, supone importantes costes económicos para el Ayuntamiento y afecta directamente a la convivencia y al sentimiento de seguridad ciudadana. "En mi calle hay gente mayor que vive sola. Están asustadas, y con razón", apunta un vecino de Vallobín.

Falta de medios y aumento del temor

La Policía Local de Oviedo reconoció que los efectivos estuvieron desbordados ante la simultaneidad de los incendios, que se produjeron poco después de que tuvieran que intervenir en un incendio anterior en el bar La Belmontina. No se ha confirmado oficialmente si este incendio tiene alguna relación con los fuegos posteriores.

Vecinos, asociaciones y colectivos de barrio exigen medidas inmediatas. Algunos reclaman más patrullas nocturnas y la instalación de cámaras de videovigilancia en zonas con alta recurrencia de actos vandálicos. Otros han lanzado llamamientos a colaborar con las autoridades aportando cualquier imagen, grabación o dato que pueda ayudar en la identificación del autor.

Por ahora, la única certeza es la incertidumbre. El pirómano sigue sin identificar, los barrios afectados han vuelto a la normalidad aparente, pero el miedo late tras cada esquina, cada cubo de basura, cada sombra.