¡Ay, el salmón! Ese pececín elegante que se viene de los ríos del norte o de los mares fríos y que, cuando lo juntas con una buena sidrina asturiana, hace magia. Esta receta la aprendí cuando fui a ver a una prima mía casada con un gallego, pero yo la asturianicé —como mandan los cánones— con sidra del llagar de al lao. Presta mucho, ye fácil y pa mojar el pan sin vergüenza.
INGREDIENTES (pa cuatro personas con fame):
-
4 rodajas bien hermosas de salmón
-
1 cebolla grande, picadina
-
2 dientes de ajo
-
200 ml de sidra natural (que sea asturiana, ¡eh!)
-
200 ml de nata líquida
-
1 cucharada de harina
-
Aceite de oliva virgen extra
-
Sal y pimienta al gusto
-
Perejil fresco pa decorar
ELABORACIÓN PASU A PASU:
-
Salpimentar el salmón como si fuera a salir de fiesta. Frotálo con mimo.
-
En una sartén con un chorretón de aceite, marcamos el salmón vuelta y vuelta, sin hacerlo del todo. Lo retiramos y reservamos.
-
En el mismo aceite, pochamos la cebolla y los ajos bien picadinos hasta que estén tiernos y huela la cocina a gloria bendita.
-
Añadimos la cucharada de harina y removemos un poco pa que no sepa a cruda.
-
Vertemos la sidra natural, que burbujée y suelte el alcohol. Bajamos el fuego y dejamos que reduzca un poco.
-
Añadimos la nata líquida, removemos y dejamos que espese ligeramente.
-
Colocamos las rodajas de salmón de nuevo en la sartén, dentro de esa cremita bendita. Tapamos y dejamos cocinar a fuego bajo unos 10 minutos.
-
Al final, espolvoreamos perejil fresco picado por encima y ¡a la mesa!
CONSEJÍN DE LA ABUELA:
Sirve'l salmón con patatines cocíos, arroz blanco o pan de escanda, pero sobre todo con ¡pan! Que esa salsina ta pensada pa rebañar hasta el alma.
Espero que lo faigas con amor y que lo disfrutes con xente querida, que ye como mejor sientan les coses. Y si te prestó la receta, dímelo por la calle, que últimamente me para mucha gente y me presta un montón.
Abuela Balbina