Un año más acudo a la fiesta de inicio de temporada que el restaurante De Labra ofrece al Real Oviedo. Hace un año, de manera inesperada, falleció uno de sus propietarios, Jesús, un gran tipo, y es ahora su hermana Arancha con la inestimable colaboración de la relaciones públicas Vanesa la que mantiene muy alto el nivel de este restaurante. Como no podía ser de otra manera el todo Oviedo deportivo, y no deportivo, se dio cita en él ayer noche. El concejal de Deportes, Gerardo Antuña, siempre muy preocupado por que me meta con su gestión, pero que en la actualidad es una de las personas mejor situadas en el equipo del alcalde Agustín iglesias Caunedo en estos momentos recibiendo un premio en Quito. El siempre discreto, y más desde que Wenceslao López le arrebató la secretaría de la AMSO, Alfredo Carreño no pierde detalle y, por supuesto, el líder de Izquierda Unida Roberto Sánchez Ramos “Rivi” quien, sabedor que está en alza, cuida mucho la figura -ha bajado sus buenos kilos- a base de ejercicio y agua del grifo. De Foro no vi a nadie. Por cierto, “Rivi” y yo tenemos un cambio de impresiones con el presidente del Centro Asturiano de Oviedo Alfredo Canteli quien en los últimos tiempos, con su acertada gestión, va más que sobrado y todos le miran como un futurible candidato a la alcaldía. Terminamos hablando de las derechas y de las izquierdas y de las declaraciones del Papa Francisco. “Rivi” me comenta que cuando era guaje estuvo a punto de ir para cura que un tío suyo, que lo era, casi le convence para entrar en el seminario. Lo sabía, vaya obispo que se perdió, eso sí, a cambio de ganar un buen concejal. Me pregunta si veo algo a Gabino de Lorenzo y le respondo que no, aunque me debe un guiso marinero en su cocina de la delegación del Gobierno.
Los jugadores del Real Oviedo firman autógrafos y entrada la fiesta llega, por cierto, el presidente Sabino López, como siempre hecho un “pinchu”. Más gestor y menos populista que su antecesor Toni Fidalgo, mantiene a las peñas y a los forofos a raya, y me confiesa que por las noches sueña con Hacienda y es que el próximo año habrá que sentarse a dialogar con la Agencia Tributaria sobre los doce millones de euros -doce, han leído bien- que el Real Oviedo tiene que pagar al Estado. Sabino López, al que siempre le llamo cariñosamente “La bala de Vegadeo”, es un abogado emprendedor con larga experiencia en el proceloso mundo futbolístico. Colaborador del ministro Gómez Navarro redactó la ley de sociedades anónimas para los clubes y gerenció unos años la Unión Deportiva Las Palmas y el Celta. Me confirma que en el momento que el grupo CARSO, accionista mayoritario, propiedad del hombre más rico del mundo Carlos Slim, le haga la más mínima indicación se irá para casa, no entendiendo la postura que en su momento adoptó su antecesor “con una jugada corta que puso en peligro la presencia del accionista mayoritario en el club“. Pero, como digo, Sabino López es un abogado sesentón pero emprendedor y en estos momentos está levantando un entramado de empresas -equipos médicos, seguridad, internet, etc.- en Lima (Perú) en donde desde hace un tiempo ya tiene allí trabajando a tres de sus hijos. Cada poco el presidente del Real Oviedo viaja a la capital peruana, de moda hoy no solo para asturianos emigrantes sino para españoles en general. Allí residen por el momento más de 30.000 de nuestros ciudadanos. Ahora el presidente del Real Oviedo se va para allá hasta finales de octubre. No le va a prestar al embajador de España en Perú, Juan Carlos Sánchez, que es de Oviedo, tener el próximo día 12, fiesta de la hispanidad, en la embajada al presidente del Real Oviedo en persona.
En la fiesta se brindó por el ascenso a segunda A y Sabino López me confirma que en gran parte el futuro inmediato del club carbayón está ligado a conseguir el ascenso. Con su desembarco en “el dorado” peruano -país que está creciendo a un ritmo del 6 por ciento anual- me da en la nariz que Sabino López no estará mucho tiempo al frente del Real Oviedo. Y es que estar a cada poco cruzando el charco es cansado además de costoso.
