La justicia en un plato de lentejas

María era una vieja conocida en la comisaria por las palizas que llevaba. Cada cierto tiempo, la patrulla la recogía machacada en su casa o en la calle y la llevaba al hospital. Unas veces la policía era alertada por los vecinos, otras la avisaba el propio Juan asustado, como el día que la dejó en coma, no fuera a morirse su María del alma. En todas las ocasiones, al salir, la instaban a poner una denuncia contra su marido, -“mira que esto va a acabar mal, María, ese hombre es un animal”-, pero ella los miraba, le miraba a él –siempre a su lado-, bajaba la cabeza y se negaba.
Hasta aquel día. Era de noche cuando Juan entró en la comisaría gritando que quería ponerle una denuncia a ella. Bueno, gritando no, farfullando con la boca ensangrentada y los dientes en una mano, ella detrás con la mirada opaca y un gesto nunca visto de determinación. La acusaba de haberle puesto lentejas, su plato favorito, para cenar. Lástima que no vio las piedras hasta que las "sintió" al masticar. María alegó que no pudo ponerse las gafas para escogerlas, él se las había roto el día anterior al darle un puñetazo en la cara. Así consiguió que firmara el divorcio. Y fue acogida en una casa donde otras mujeres maltratadas como ella esperaban empezar una vida nueva.
Pasó hace un par de años, pero hoy esta historia, verídica, no podría tener igual final: María no hubiera tenido los 300 euros necesarios para iniciar la demanda y las casas de acogida se están cerrando, como tantos otros auxilios y servicios de primera necesidad. Tal vez, después de las lentejas, solo le quedara como opción el bate de béisbol o el cuchillo jamonero. Matar o morir siendo culpable, culpable por no denunciar, responsable única de su propia muerte, según la versión oficial. Y él hubiera sido puesto como ejemplo. “Vean -diría la Ministra-, como no hay violencia de género; al igual que Juan muchos hombres también son víctimas de maltrato. ¿Dónde está la diferencia?”

La diferencia, señoras y señores del Gobierno, es el concepto que ustedes tienen de igualdad. 

 



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