El Real Oviedo lleva ya demasiadas jornadas, tal vez desde la marcha de Egea, sin dar sensación de equipo para subir a la máxima categoría del futbol español.

Analizando uno a uno, el nivel es posible que sea el más alto de la categoría, pero tal vez el endiosamiento de algunos  jugadores de primera división se le está contagiando  a algunos de los jugadores de este Real Oviedo sin haber conseguido aún nada.

 Hoy salvo un remate de cabeza al larguero de Koné en la primera parte y el gol de Toché, el empate o una victoria del Numancia no hubiera extrañado a nadie.

Generelo le pondrá toda la buena intención del mundo, pero la mano de Egea se echa en falta, ya no sólo por el juego, sino por el ambiente que se ha perdido.

Erice muy cuestionado y pitado con su cambio y Fernández, un lateral que vino con aires de grandeza y se rebeló por no jugar, entre otros, ya no son bien vistos por esta afición.

Diegui tiene un sitio merecido y no puede por mucho que sea un protegido de los jefes ser suplente de Fernández, aunque bien es cierto que está renqueante aún de una lesión.

La calidad desde la portería al último delantero no da lugar a dudas, una pena que Omgba no tenga oportunidades en un medio del campo con tanta calidad , el pundonor y la contención en el medio del campo se echa en falta en este equipo.

Los murmullos en las gradas no son los mismos que hace unas semanas cuando en el banquillo estaba Egea y como el equipo siga jugando como hoy y en las jornadas precedentes, por mucho que ahora el equipo esté en tercer lugar, se hará muy caro incluso estar en puestos de promoción por lo apretado de los puntos y la calidad del juego del equipo.

Quedan aún muchas jornadas y es posible un cambio de actitud y de juego, es posible que la mano del segundo entrenador pueda ayudar al equipo a no perder el rumbo y al menos tampoco perder puestos de cara al final de liga.