Muere Alfonso Ussía, el columnista que convirtió la ironía en una forma de mirar España

Muere Alfonso Ussía, el columnista que convirtió la ironía en una forma de mirar España

Alfonso Ussía, uno de los grandes nombres del periodismo y la literatura satírica en España, ha fallecido a los 77 años dejando tras de sí una obra inmensa, una legión de lectores fieles y un estilo que marcó época. Escritor, humorista, poeta, guionista y polemista incansable, Ussía fue durante más de cinco décadas una de las voces más reconocibles de la prensa nacional, capaz de transformar el artículo de opinión en un pequeño escenario donde convivían la tradición, la malicia, el ingenio y un profundo amor por el lenguaje.

Su muerte supone la desaparición de un autor que acompañó a varias generaciones de españoles y que mantuvo su compromiso con la escritura incluso cuando su salud fallaba: en los últimos años, dictaba sus columnas a su hija Isabel para poder seguir publicando sin interrupción.

Una vida rodeada de literatura, teatro y controversia

Nacido en Madrid en 1948, Alfonso Ussía pertenecía a un linaje cultural y político que marcó profundamente su trayectoria. Era nieto del célebre dramaturgo Pedro Muñoz Seca, autor de La venganza de don Mendo, y sobrino del general Milans del Bosch. En esa mezcla de teatro, humor y memoria histórica se forjó una personalidad literaria que transformó la ironía en un arma afiladísima.

Comenzó su carrera escribiendo poesía satírica y muy pronto pasó a la prensa escrita, donde se convirtió en columnista de referencia en medios como ABC, Diario 16, Ya, La Razón y, más recientemente, El Debate. También colaboró en revistas como Época, Tiempo y El Cocodrilo. Su estilo —frases cortas, giros castizos, retranca y un humor ácido pero siempre literario— lo convirtió en un autor inconfundible.

Un escritor que creó personajes que trascendieron el papel

Su obra literaria es extensa y variada, marcada por el humor como eje central. Entre sus libros más celebrados figuran Manual del ecologista coñazo, Tratado de las buenas maneras, Coplas, canciones y sonetos para antes de una guerra y numerosas recopilaciones de artículos.

Pero su creación más popular fue el universo del marqués de Sotoancho, protagonista de una saga de novelas satíricas en las que Ussía retrató, con cariño y mala uva a partes iguales, la nobleza andaluza decadente y las manías eternas de la sociedad española. Aquellos libros se convirtieron en superventas y dieron lugar a una miniserie televisiva emitida en Antena 3 en el año 2000.

Una voz de radio y televisión: cuando el columnista se volvió personaje

Además de escribir, Ussía fue un habitual de la radio y la televisión. Participó en Protagonistas y La Brújula, colaboró en programas de la COPE y firmó guiones para espacios televisivos. Su presencia mediática reforzó su condición de personaje público: elegante, ingenioso, incendiario cuando quería serlo, y siempre dueño de un estilo inimitable.

Ese personaje, tan reconocido como discutido, le acompañó toda la vida. Sus opiniones generaron polémicas constantes. Fue criticado, aplaudido, incluso llevado ante los tribunales por artículos que cruzaron la frontera de la sátira hacia la ofensa. Pero, como ocurre con las figuras verdaderamente influyentes, nunca pasó desapercibido.

Premios, distinciones y una carrera que se mantuvo viva hasta el final

A lo largo de su trayectoria recibió algunos de los galardones más prestigiosos del periodismo español, entre ellos el Premio Mariano de Cavia, el Premio Jaime de Foxá y la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, además de la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid. Este mismo 2025 fue distinguido con el Premio de Cultura de la Comunidad, un reconocimiento tardío pero muy simbólico para quien había sido una presencia constante en la vida pública.

Su último artículo, publicado hace apenas unos días, estuvo dedicado al humorista Miguel Gila, otra figura esencial del humor español. Un espejo perfecto: Gila hablaba del absurdo y de la tragedia con ternura; Ussía, con ironía. Dos maneras de iluminar las mismas sombras.

Un adiós que marca el final de una época

La muerte de Alfonso Ussía no es solo la desaparición de un escritor. Es la despedida de un modo de entender el periodismo: el de la columna como cita diaria, el de la opinión trabajada como pieza literaria, el de la ironía como brújula para leer la realidad.

En un tiempo de titulares rápidos y opiniones efímeras, Ussía representa lo contrario: la palabra pensada, afilada, construida.

Con su marcha, España pierde a uno de sus grandes satíricos contemporáneos, un hombre que escribió como vivió: entre el humor, la memoria, la tradición y el ansia permanente de provocar a sus lectores.

Su legado permanecerá en sus libros, en sus personajes y en esa voz —culta, ácida, profundamente personal— que durante medio siglo acompañó a quienes buscaban algo más que noticias: buscaban estilo.

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