Muere un joven motorista gijonés de 22 años al chocar contra el quitamiedos en la A-8 a la altura del campus de Viesques

Muere un joven motorista gijonés de 22 años al chocar contra el quitamiedos en la A-8 a la altura del campus de Viesques

Es el tercer fallecido del año en las carreteras de Gijón y vuelve a poner el foco sobre la vulnerabilidad de los motoristas en Asturias

Un nuevo golpe para la ciudad. Un joven gijonés de 22 años perdió ayer la vida en un accidente mortal ocurrido en la autovía A-8, sentido Cantabria, a la altura del campus de Viesques. El siniestro se produjo en torno a las 13.15 horas, cuando el motorista, identificado como V. J. V., se salió de la vía en el punto kilométrico 378 y colisionó con gran violencia contra uno de los quitamiedos metálicos. El impacto fue devastador y los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Hasta el lugar se desplazaron dos patrullas del Departamento de Tráfico de Gijón, un equipo de la Unidad de Investigación de Seguridad Vial (UNIS) de Luarca, personal de mantenimiento de carreteras y efectivos sanitarios. A pesar de la rápida respuesta, el joven falleció en el acto debido a la gravedad de las lesiones sufridas.

Se trata de un tramo con un tráfico muy denso, especialmente complicado por la confluencia de entradas y salidas hacia el campus, por lo que los agentes tuvieron que cortar uno de los carriles mientras se retiraban los restos de la moto y se realizaban las mediciones necesarias. La intervención provocó retenciones intermitentes en una vía ya de por sí muy saturada, agravadas por las obras de mantenimiento del pavimento en tramos cercanos.

Un accidente sin otros vehículos implicados

La Guardia Civil ha asumido la investigación para esclarecer las causas del siniestro. Según los primeros indicios, el joven circulaba aparentemente con normalidad cuando, por motivos todavía desconocidos, perdió el control de la motocicleta. Algunos conductores que circulaban por la zona relataron que la moto comenzó a zarandearse de un lado a otro justo antes de impactar contra la barrera metálica. No existen indicios de que hubiese otros vehículos implicados.

Los técnicos del Instituto de Medicina Legal del Principado de Asturias realizaron el levantamiento del cadáver y trasladaron el cuerpo para practicarle la autopsia, que deberá determinar las causas exactas del fallecimiento y descartar posibles factores médicos previos.

Una serie negra en las carreteras gijonesas

El fallecimiento de V. J. V. se suma a una cadena de accidentes mortales que mantienen al concejo en alerta. Es ya el tercer muerto del año en las carreteras de Gijón:

  • A principios de mayo, el joven Sergio C. B., de 18 años, falleció en Cenero en un choque frontal entre su BMW y otro turismo en un tramo de visibilidad reducida.

  • En septiembre, un motorista de 71 años, muy conocido en Gozón por su afición a las rutas en moto, murió tras salirse de la vía en la Autovía Minera a la altura de Granda.

A estas tragedias se suma el fallecimiento del joven gijonés Alejandro M., de 16 años, que perdió la vida tras un grave accidente ocurrido en la A-2, en Guadalajara, cuando viajaba con su familia. Estuvo más de veinte días ingresado en estado crítico antes de fallecer debido a las lesiones.

El impacto emocional de estas muertes se ha extendido por diversas parroquias y comunidades del concejo, desde Monteana hasta el propio entorno universitario de Gijón.

Los motoristas, los más vulnerables

El siniestro de Viesques vuelve a poner sobre la mesa un patrón que se repite año tras año: la extrema vulnerabilidad de los motoristas. En Asturias, las salidas de vía y los impactos contra guardarraíles siguen siendo una de las principales causas de fallecimiento en este colectivo.

La combinación de tramos sinuosos, tráfico intenso, cambios de rasante y barreras metálicas que actúan como cuchillas en caso de impacto convierte cada caída en una situación de altísimo riesgo. Organizaciones de motoristas y asociaciones de víctimas llevan tiempo reclamando mejoras en las barreras de seguridad y una atención especial a los tramos donde se concentran accidentes de moto.

Un dolor que trasciende las estadísticas

Mientras avanzan la investigación y la autopsia, la familia, los amigos y el entorno del joven motorista afrontan el mismo vacío que tantas otras familias asturianas en los últimos meses.

Detrás de cada cifra de mortalidad hay una vida truncada y un entorno que cambia para siempre. Ayer fue el campus de Viesques, hace unos meses Monteana, Cenero o la Autovía Minera. Distintos lugares, una misma herida abierta.

El nombre de V. J. V. se suma hoy a la lista de tragedias que este año han dejado a Gijón con un luto difícil de digerir y con una pregunta que vuelve una y otra vez: ¿qué más se puede hacer para que la carretera deje de llevarse vidas tan jóvenes?

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