Telecinco ha decidido retirar anticipadamente de su parrilla la edición número 20 de “Gran Hermano”, un movimiento sin precedentes en los 25 años de historia del reality. La cadena ha comunicado internamente que el programa cerrará antes de Navidad, mucho antes de lo previsto inicialmente, y que lo hará con un formato de expulsiones aceleradas para finiquitar la convivencia lo antes posible. La decisión llega tras semanas de desplomes de audiencia que han arrastrado al canal a su peor noviembre desde que existen mediciones modernas.
La estrategia inicial de Mediaset era alargar la edición hasta febrero de 2026 para conectar directamente con “Supervivientes”, pero los datos han obligado a reaccionar de urgencia. La edición de anónimos, planteada como un “regreso a los orígenes”, no ha conseguido enganchar ni al público joven ni al tradicional. El resultado ha sido tan débil que Telecinco ha ordenado acelerar el final de manera drástica.
El derrumbe: de un estreno prometedor a cifras que no justifican su existencia
El declive de esta edición ha sido sostenido y severo. La primera gala, emitida el 6 de noviembre, arrancó con un correcto 15,8 % de cuota y casi 900.000 espectadores. A partir de ahí comenzó la caída:
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Galas posteriores en torno al 11 % y cerca de 600.000 espectadores.
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Una de las emisiones más recientes se hundió hasta un 7,9 %, una cifra impensable para un formato que históricamente había superado sin esfuerzo el 20 % y que llegó a marcar un 70,8 % en la final de la primera edición, la de Ismael Beiro.
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El access “GH Express” llegó a ser la quinta opción de su franja, con datos inferiores al 6 %.
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El programa diario “La vida en directo” fue cancelado tras solo cuatro entregas, al comprobar que estaba perjudicando incluso al informativo nocturno, una pieza estratégica para la cadena.
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Los debates del domingo tampoco remontaron: rondaban los 575.000 espectadores y menos del 9 % de cuota.
Todas estas cifras han contribuido a que Telecinco cierre noviembre con su peor dato mensual histórico, un golpe que ha obligado al equipo directivo a tomar decisiones drásticas.
Por qué se ha hundido “Gran Hermano 20”: claves del fracaso
1. Un desgaste brutal del formato
Después de 25 años, GH no ha conseguido renovarse a la velocidad que exigen los nuevos hábitos de consumo. El público siente que todo “ya lo ha visto”, y la convivencia clásica se ha quedado vieja frente a formatos más dinámicos, digitales y pensados para redes sociales.
2. Un casting que no ha conectado
El programa apostó por concursantes anónimos intentando replicar el espíritu original. Pero las tramas no han explotado, no ha surgido ningún personaje de impacto y las dinámicas se han percibido como poco estimulantes. El reality ha quedado sin rostros fuertes capaces de arrastrar conversación.
3. Competencia feroz en todas las franjas
El access se estrella contra “El Hormiguero”, “First Dates”, “El Intermedio” y nuevas ofertas que segmentan el público. Las galas han llegado a perder incluso contra Cuatro, algo insólito. El público está más fragmentado que nunca y GH ya no domina ninguna franja.
4. Una marca dañada desde hace años
Las polémicas históricas, las dudas sobre la gestión de crisis y el caso Carlota Prado han dejado un poso negativo. Para una parte de la audiencia, GH ya no es sinónimo de espectáculo, sino de controversia.
5. Un cambio profundo en el consumo televisivo
El target joven —clave para el reality— ha emigrado a TikTok, Twitch, YouTube y plataformas de streaming. Los realities de convivencia largos se perciben lentos frente al ritmo de los formatos digitales.
Telecinco prepara ya un plan B para salvar la temporada
La cadena no quiere dejar vacía la casa de GH. Mediaset y Zeppelin trabajan ya en un formato alternativo para enero de 2026: un reality de famosos que recuperaría la esencia de “El Reencuentro”, mezclando exconcursantes y caras conocidas para reactivar el interés del público. La intención es que este nuevo programa retenga el prime time hasta la llegada de “Supervivientes”.
Para el grupo, “Gran Hermano 20” deja un mensaje claro: el formato que un día revolucionó la televisión española ya no es invencible. Y su futuro, que siempre fue un valor seguro para la cadena, ahora está en cuestión.
