El Principado recibe por primera vez este galardón en los XIV Encuentros de la Fundación Manuel Fernández Lito, donde el presidente defendió el papel decisivo de Asturias en la historia democrática y su liderazgo actual en desarrollo sostenible
Asturias recibió ayer un reconocimiento inédito: por primera vez, los Premios Anastasio de Gracia distinguieron a una comunidad autónoma, y el Principado aprovechó el momento para levantar la voz. Durante el acto, celebrado en los XIV Encuentros de la Fundación Manuel Fernández “Lito”, el presidente Adrián Barbón lanzó un mensaje contundente:
“Después de tantos años en la resistencia, Asturias ha vuelto a la vanguardia y hoy marca el camino”.
La distinción, remitida ayer por el Principado en forma de nota oficial, permitió a Barbón desgranar un relato de identidad, memoria y ambición que conectó pasado y futuro con la claridad de quien sabe de dónde viene y hacia dónde quiere ir la región.
Una comunidad que nunca esperó órdenes: “Cada vez que fue necesario, Asturias ya estaba en pie”
En su intervención, el presidente evocó algunos de los episodios que definieron el carácter del Principado:
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La huelgona de 1962, aquella chispa minera que —recordó citando a Chicho Sánchez Ferlosio— “calentaba España entera”.
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La reconversión industrial, un trauma que marcó a toda una generación y que obligó a la región a reinventarse.
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El papel decisivo del movimiento obrero y de los sindicatos tanto frente al golpe de Estado de 1936 como durante la Transición democrática.
Barbón lo resumió en una frase que resonó en la sala:
“Nunca hubo que despertar a Asturias. Nunca fue necesario sacudirla. Siempre estuvo ahí”.
De la crisis industrial al liderazgo verde: el nuevo relato de Asturias
El presidente aprovechó el reconocimiento para defender que la Asturias actual es fruto de un esfuerzo colectivo —“anónimo y compartido”— que ha permitido transformar una tierra herida en una región que hoy compite en la vanguardia del desarrollo sostenible.
Barbón citó varios ejemplos de ese cambio:
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Un auge turístico compatible con la protección del paisaje.
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El convencimiento de que reducir emisiones garantiza el futuro de la industria.
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Avances pioneros, como la primera red autonómica de escuelas infantiles.
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Un modelo de movilidad y transporte público que quiere ser referencia estatal.
Según dijo, este proceso de reinvención convierte hoy a Asturias en un territorio que ya no solo resiste: lidera.
Concertación, moderación y lealtad institucional: “nuestra forma de estar en el mundo”
El presidente reivindicó además la actitud política y social de la comunidad, un elemento que consideró diferencial:
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La cultura del pacto social sostenido con sindicatos y empresas.
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La defensa firme pero serena de los intereses propios.
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La lealtad institucional con el Estado y con el resto de autonomías.
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La voluntad de mantener la solidaridad como seña de identidad.
Frente a la crispación que domina parte del país, Barbón defendió que Asturias es, desde hace décadas, un ejemplo de convivencia democrática y de estabilidad social.
“Queremos seguir construyendo la mejor España”
El presidente cerró su intervención con un mensaje de futuro y de pertenencia a un proyecto compartido:
“Orgullosos de nuestra historia y de nuestras lenguas, queremos seguir aportando a la construcción de una España diversa, plural y comprometida con Europa”.
Con esa frase, Barbón agradeció el premio “en nombre de todas las personas que han hecho posible este resurgir”, desde expresidentes del Principado hasta los miles de trabajadores que soportaron la reconversión industrial.
