El hartazgo explotó este domingo en pleno corazón de Oviedo. Miles de autónomos asturianos tomaron el centro de la ciudad para denunciar lo que consideran una situación “límite”: injusticia fiscal, burocracia asfixiante, cuotas desproporcionadas y una protección social que, según ellos, sigue a años luz de la de cualquier asalariado.
La movilización, convocada por la Plataforma por la Dignidad de los Autónomos, se inscribe en una protesta nacional celebrada en más de veinte ciudades, que pretende convertirse en un movimiento sostenido hasta lograr cambios legislativos reales.
La marcha: de Uría a la Catedral con un grito unánime
La protesta arrancó a las 11.00 horas desde la estación de Renfe, en la calle Uría. Desde allí recorrió Calle Fruela, Calle de Jesús, Plaza de la Constitución, Cimadevilla y Rúa, hasta desembocar en la Plaza Alfonso II el Casto, donde se leyó un manifiesto cargado de denuncias concretas y peticiones de reforma inmediata.
En primera línea, una gran pancarta, contundente y directa:
«Autónomos asfixiados. ¡¡¡Basta ya!!!»
Detrás, cientos de carteles caseros:
«Por unas condiciones de trabajo dignas»,
«Basta ya de abusos»,
«Sin autónomos España se hunde».
Muchos manifestantes vistieron de negro, otros levantaban un guante rojo en la mano derecha, símbolo de la “sangría económica” que dicen sufrir mes a mes.
Qué denuncian: “Nos estáis dejando sin aire”
Los autónomos asturianos repitieron una y otra vez los mismos problemas:
1. Cuotas y fiscalidad que no reflejan la realidad
Aseguran que pagan cuotas demasiado altas incluso cuando los ingresos bajan. Denuncian que el sistema de ingresos reales “no se ajusta con suficiente rapidez” a lo que ocurre mes a mes y que actúan “como recaudadores obligados” sin ver compensaciones claras.
2. Burocracia inagotable
Reclaman una simplificación urgente: menos trámites, menos normativa dispersa y más claridad en las obligaciones. Muchos pequeños negocios aseguran que pierden horas cada semana en gestiones administrativas en lugar de poder dedicarlas a trabajar.
3. Protección social insuficiente
Consideran que el llamado “paro del autónomo” es prácticamente inaccesible, que las bajas por enfermedad siguen siendo insuficientes y que la maternidad y paternidad están lejos de equipararse a las de los asalariados.
4. Ausencia de una red que evite la ruina personal
Piden que el patrimonio personal —incluida la vivienda— no quede expuesto ante cualquier bache empresarial.
Qué reclaman: reformas claras, no parches
El manifiesto leído ante la Catedral incluyó estas peticiones:
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Cuotas realmente proporcionadas a los ingresos, con rebajas significativas en los tramos más bajos.
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Un sistema de cese de actividad que funcione como un verdadero seguro de desempleo.
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Eliminación de barreras burocráticas y trámites más simples.
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Un marco fiscal más flexible para pequeños negocios.
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Deducciones reales por inversiones esenciales en herramientas, tecnología y formación.
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Separación legal más clara entre patrimonio personal y empresarial.
“No queremos privilegios —decían—; queremos justicia.”
La foto asturiana: menos autónomos, más riesgo económico
La protesta también puso el foco en la realidad regional: Asturias lleva años perdiendo autónomos.
El Principado suma ahora menos de 70.000 trabajadores por cuenta propia, una cifra que no deja de caer. Comercio, hostelería, transporte, talleres y pequeñas actividades profesionales son los sectores más golpeados.
Y el mensaje que lanzan es directo:
“Cuando cierra un autónomo, no solo muere un negocio: se apaga una calle, se pierde empleo y se vacía un barrio.”
Un movimiento que no ha terminado
La movilización en Oviedo —como las del resto del país— se planteó como una protesta familiar, pacífica y transversal. Más allá del colectivo directamente afectado, participaron empleados, proveedores, familias y vecinos.
La Plataforma por la Dignidad de los Autónomos ya ha anunciado que el 30N no será una fecha aislada. Se prepara un calendario sostenido para presionar a los gobiernos estatal y autonómicos.
El lema que se escuchó en la plaza de la Catedral resume el espíritu de la jornada:
“España no puede sobrevivir sin autónomos. Pero los autónomos no pueden sobrevivir sin dignidad.”
