Candamo se rompe en el último adiós a Natalia: dolor contenido en el funeral de la joven de 20 años asesinada en Aces

Candamo se rompe en el último adiós a Natalia: dolor contenido en el funeral de la joven de 20 años asesinada en Aces

La comunidad acompaña a la familia en un funeral marcado por el silencio, el estupor y la sensación de que una vida luminosa se apagó demasiado pronto. La investigación sigue abierta mientras la menor detenida permanece ingresada en un módulo terapéutico.

Grullos (Candamo) — Ayer por la tarde, el concejo entero de Candamo se detuvo. El funeral por Natalia Menéndez Álvarez, la joven de 20 años asesinada el pasado sábado en Aces, reunió a decenas de vecinos, allegados y familiares en la iglesia de Santa María, un pequeño templo que muy pronto se quedó sin espacio para absorber tanto dolor.

Una despedida que desbordó el templo

Desde media hora antes del inicio de la misa, los bancos traseros ya estaban ocupados, en su mayoría por vecinas mayores que se conocen de toda la vida. Los bancos delanteros se reservaron a la familia, especialmente a la madre y la tía de Natalia, cuyas lágrimas contenidas eran el reflejo más íntimo de una tragedia que ha conmocionado a todo el concejo.
Fuera, en el atrio y a lo largo del camino que une la iglesia con el tanatorio —apenas 70 metros—, decenas de vecinos aguardaban en silencio, acompañando con presencia más que con palabras. Era un silencio denso, respetuoso, casi físico.

El párroco, Paco Rodríguez Villacorta, ofició una misa serena, sin artificio emocional, centrada en consolar a la familia. Habló del camino del ser humano, del deber de vivir según la palabra de Dios y del misterio del sufrimiento. Nadie levantó la vista: todos sabían que cada frase tenía detrás la historia real de una vida arrancada de forma abrupta.

Quién era Natalia

Quienes la conocían insisten en lo mismo: Natalia era una joven alegre, cercana, trabajadora, muy querida en su entorno. Alternaba empleos como camarera con planes para seguir formándose y abrirse camino. Le gustaban las motos, las rutas con amigos, la vida sencilla de su concejo, donde todo el mundo la situaba por su sonrisa y por su forma de saludar.
Era, según la expresión repetida ayer en el funeral, “una chica con chispa”. Una chispa que el sábado se apagó sin sentido.

Una discusión doméstica que acabó en tragedia

Los hechos que han conmocionado a Asturias se desencadenaron el sábado por la tarde en Aces, durante una reunión familiar. Según la investigación en curso, una discusión aparentemente trivial acabó derivando en una agresión mortal.
La presunta autora es una menor de 17 años, cuñada de Natalia, que habría asestado una única puñalada en el abdomen de la joven. Esa herida resultó fatal. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarla.

La menor fue detenida poco después y se encuentra ingresada en un módulo terapéutico por orden judicial. La investigación de la Guardia Civil continúa abierta, recopilando declaraciones, revisando indicios y tratando de reconstruir minuto a minuto cómo una discusión familiar acabó en homicidio.

Un concejo paralizado por la pena

Candamo es pequeño, y en los pueblos pequeños las tragedias no se oyen: retumban. Ayer, el funeral fue el punto de encuentro de varias generaciones que acudieron no solo por protocolo, sino por necesidad. La necesidad de acompañar a unos padres destrozados. La necesidad de entender algo que nadie logra comprender.
En la salida del templo, los abrazos decían lo que las palabras no podían. “No estáis solos”, le repetían al padre de Natalia mientras él apenas asentía.

A la conclusión del oficio, la comitiva se dirigió al cementerio municipal para el entierro. El cielo de noviembre, bajo y gris, acompañó un recorrido que se hizo lento, casi ritual, mientras el concejo se despedía de una joven que ya forma parte de su memoria más dolorosa.

Una herida que tardará en cerrarse

Las próximas horas serán claves para la investigación, pero el peso emocional ya está marcado. Candamo ha perdido a una joven de 20 años en circunstancias incomprensibles, y ese hueco se notó ayer en cada banco, en cada suspiro y en cada gesto de los vecinos.

El concejo está herido. Pero también unido. Y en ese silencio compartido se sostuvo la familia en el día más difícil de sus vidas.

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