La víctima, en estado de pánico, pidió ayuda nada más ver a los agentes. El detenido niega los hechos, pero las lesiones y el testimonio de un testigo empujaron a una detención inmediata.
Oviedo vivió ayer uno de esos episodios que hielan la sangre: un hombre de 30 años fue detenido en la cima del Monte Naranco tras la llamada desesperada de un testigo que, mientras practicaba deporte al amanecer, vio lo que describió como “una fuerte discusión” entre un hombre y una mujer detrás del monumento al Sagrado Corazón.
La llamada entró a las 8.29 horas del domingo. En apenas minutos, varias patrullas de la Policía Local subieron por la carretera serpenteante del monte y encontraron a tres personas: el testigo, el presunto agresor y la mujer, completamente desbordada por el miedo. Lloraba, pedía ayuda y apenas podía articular lo ocurrido.
El encuentro nocturno y el desvío inesperado
La mujer, que vive en Gijón, relató a los agentes que había conocido al detenido esa misma noche en un bar de copas de la calle Altamirano, en pleno Antiguo de Oviedo. Allí coincidieron, charlaron y, ya en la calle, ella buscaba cómo volver a casa. Él se ofreció a llevarla en coche, una propuesta que, según su testimonio, aceptó confiada en que la conduciría hacia Gijón.
Pero en lugar de dirigirse a la autopista o a la ronda natural hacia la costa, el vehículo subió hacia el Naranco. Arriba, la mujer asegura que él comenzó a realizarle tocamientos con clara intención sexual. Ella se negó tajantemente. La negativa encendió la discusión y, según su versión, acabó en bofetones, empujones y una caída al suelo mientras intentaba alejarse caminando.
Dos versiones opuestas y una decisión policial inmediata
El hombre ofreció a los agentes una versión diametralmente distinta. Sostuvo que ambos habían subido “a hablar” y que ella “se enfadó y cayó” por culpa de los tacones, negando cualquier agresión.
Sin embargo, su relato chocó frontalmente con el del testigo, quien aseguró que la discusión era violenta, y con el estado emocional de la mujer, que pedía auxilio entre lágrimas.
Ante las contradicciones y el estado de nerviosismo extremo de la víctima, la Policía decidió detener al hombre en el acto y trasladarlo a dependencias de la Guardia Civil. El vehículo quedó custodiado para posibles diligencias.
Lesiones compatibles con golpes y caída
La mujer fue llevada en un coche camuflado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde una exploración médica confirmó heridas en la cara, la rodilla derecha y la pierna. Lesiones recientes y compatibles con golpes y caída.
Según fuentes del caso, no hubo consumación del ataque sexual, aunque sí tocamientos no consentidos y violencia física. Fue dada de alta poco antes de la una de la tarde y, acto seguido, trasladada al cuartel para continuar con la denuncia.
Una investigación abierta y un sentimiento de alarma
El suceso ha reavivado el debate sobre la seguridad nocturna y la vulnerabilidad de las mujeres incluso en lugares que la ciudadanía percibe como seguros. La cima del Naranco, punto icónico y turístico de Oviedo, fue ayer escenario de un episodio que la Policía califica de “muy grave”.
Las diligencias siguen abiertas, a la espera de declaraciones, análisis forenses y el avance judicial.
Pero el mensaje que deja la intervención es claro: la rapidez de la llamada del testigo y la reacción inmediata de los agentes fueron determinantes.
