24 años en 120 minutos
La ciudad de Oviedo no duerme. No camina. Flota. El 22 de junio de 2025 no será recordado solo como el día en que un equipo subió a Primera. Fue el día en que una ciudad cerró una herida abierta durante 24 años. Una cicatriz que nació el 17 de junio de 2001, con aquel descenso que marcó a una generación. Desde entonces, el Oviedo fue cayendo, como quien rueda cuesta abajo sin frenos. Tocó Tercera, fue sostenido por sus socios, abandonado por las instituciones. Pero resistió. Porque el Oviedo siempre vuelve.
Y volvió. En 120 minutos de infarto. Con goles, con expulsiones, con lágrimas. Con 29.624 gargantas en llamas. Con Cazorla como leyenda viva. Y con Portillo como el ejecutor final del sueño azul.
Primer tiempo: el golpe y la respuesta
Minuto 17: Panichelli clava la daga
El Real Oviedo necesitaba remontar el 1-0 encajado en Anduva. Pero cuando Panichelli cabeceó a la red en el 17, el marcador global se convirtió en un 2-0 para el Mirandés. El silencio fue inmediato. Pero no era el silencio del miedo, sino del recuerdo. Ya habían vivido esto antes. Y habían sobrevivido.
Minuto 39: Santi, el eterno
Y entonces apareció él. El niño prodigio que se fue a Villarreal y volvió para regalar al Tartiere su último hechizo. Santi Cazorla transformó un penalti con frialdad quirúrgica, tras mano de Reina. No celebró. Solo levantó el puño. Sabía que aquello era más que un gol. Era una promesa cumplida.
Segundo tiempo: Chaira y la remontada emocional
Minuto 52: El despertar del estadio
Tras una jugada caótica, con rebotes, rechaces y nervios, Chaira controló y fusiló con rabia para poner el 2-1. El Tartiere estalló. El marcador global ya era 2-2. Había partido. Había esperanza. Y sobre todo, había fe.
La prórroga: tensión, expulsiones y gloria
Minuto 102: Portillo y el gol que lo cambió todo
Era el momento. La tensión se cortaba con navaja. El Tartiere aguantaba la respiración. Y entonces, Portillo, un veterano que ya había ascendido con el Granada, controló en la frontal y soltó un derechazo seco. El balón se coló por la escuadra. 3-1. Oviedo era de Primera.
Minuto 119: Doble expulsión
En pleno desenlace agónico, Costas y Egiluz se fueron a la calle por un encontronazo. Pero ya daba igual. El reloj, por fin, era aliado.
Minuto 120+3: El pitido más esperado en 24 años
El colegiado Sesma Espinosa señaló el final. Y el Tartiere estalló. Miles de aficionados invadieron el césped, abrazándose con desconocidos, llorando con amigos, gritando con los hijos que nacieron cuando el Oviedo estaba en el barro.
Las voces del ascenso
Santi Cazorla:
"Esto no lo siento en ningún otro sitio. Aquí soy feliz. Aquí está mi gente. Si este fue mi último partido, es el mejor cierre posible."
Melendi (en su concierto en Torrelavega):
"Me acaban de decir que el Oviedo ha subido... ¡Os quiero, carajo! No voy a olvidar este concierto nunca."
Paunovic (entrenador):
"Este club se ha ganado el derecho a volver. Somos una familia. Y los ascensos, como la familia, se celebran llorando."
El partido en cifras
-
Asistencia: 29.624 espectadores (récord del Tartiere moderno)
-
Duración: 120 minutos + añadido
-
Goles: Panichelli (17’), Cazorla (39’, penalti), Chaira (52’), Portillo (102’)
-
Expulsados: Costas (Oviedo) y Egiluz (Mirandés), min. 119
-
Remates a puerta: Oviedo 7, Mirandés 4
-
Posesión: Oviedo 61 %, Mirandés 39 %
El contexto: 24 años de espera
-
Última vez en Primera: temporada 2000/2001
-
Descenso administrativo en 2003: caída a Tercera por impagos
-
Rescate ciudadano: miles de socios sostuvieron al club
-
2012: entrada del Grupo Carso
-
2020: llega el Grupo Pachuca
-
2023: regresa Santi Cazorla
-
2025: el Real Oviedo regresa a Primera
Las calles, un océano azul
Desde el Carlos Tartiere hasta la plaza América, pasando por Gascona y los aledaños de la Catedral, Oviedo se convirtió en una fiesta colectiva. Decenas de miles de personas saltaron, cantaron, se bañaron en fuentes, colgaron bufandas de los balcones. Algunos lloraron recordando a los que ya no están. Otros simplemente sonreían sin poder decir palabra.
Epílogo: Esto no es solo fútbol
Este ascenso no es solo una victoria. Es la prueba de que el fútbol no son solo millones y fichajes. Que hay clubes que resisten. Que hay hinchadas que nunca abandonan. Que hay viejos magos que regresan a casa para poner el broche de oro.
El Oviedo está en Primera. Y el fútbol tiene un poco más de sentido hoy.