En un movimiento significativo hacia la protección de la fauna en Asturias, el Ministerio Fiscal ha interpuesto una denuncia ante el Juzgado de Instrucción de Guardia de Oviedo. La acción surge de una investigación iniciada por la Coordinadora Ecoloxista, que ha documentado numerosos casos de envenenamiento de buitres leonados y perros en varios concejos asturianos, incluyendo Teverga, Quirós, Proaza, Yernes y Tameza, y Mieres. Estos hechos se tipifican como delitos contra la fauna y los animales según los artículos 334, 336 y 340 bis del Código Penal.

La investigación de la Fiscalía se basa en la denuncia presentada por la Coordinadora Ecoloxista, que ha alertado repetidamente sobre el recurrente hallazgo de animales envenenados en la región. Este delito afecta gravemente a especies protegidas como el oso pardo cantábrico, el lobo y el águila real, además de tener un impacto devastador en la cadena trófica.

Según la Coordinadora Ecoloxista, la administración del Principado de Asturias no ha mostrado el compromiso necesario para combatir esta grave amenaza. A pesar de que el uso de venenos está tipificado como delito desde 1995, con penas que oscilan entre seis meses y dos años de cárcel, los esfuerzos para llevar a los culpables ante la justicia han sido insuficientes. En las últimas décadas, solo un pequeño número de casos ha llegado a los tribunales, a pesar de los numerosos episodios documentados.

El uso de venenos se considera una de las amenazas más graves para la fauna salvaje en España. Durante los años 60 y 70, el uso de cebos envenenados era común entre ganaderos y cazadores, una práctica que disminuyó gracias a cambios en el ordenamiento jurídico y a campañas de concienciación sobre sus consecuencias perniciosas. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un preocupante repunte en esta práctica, alcanzando niveles alarmantes comparables a los de décadas pasadas.

La utilización de venenos es especialmente peligrosa debido a su naturaleza no selectiva, que afecta a diversas especies depredadoras, carroñeras, omnívoras e incluso a animales domésticos. Esta práctica no solo es cruel, causando una muerte lenta y dolorosa por sofocación y parálisis muscular, sino que también desestabiliza los ecosistemas. Además, el veneno puede entrar en la cadena alimenticia, presentando riesgos para la salud humana.

La Coordinadora Ecoloxista subraya que este método ilegal de control no selectivo está causando una regresión significativa, y en algunos casos, la extinción de especies. La gravedad del problema es subestimada, ya que muchos de los animales envenenados no son detectados debido a la inaccesibilidad de las áreas afectadas y la falta de interés genuino por parte de las autoridades.

En conclusión, la Coordinadora Ecoloxista insta a la administración del Principado de Asturias a tomar medidas más efectivas y a aumentar los esfuerzos de vigilancia y enjuiciamiento de estos delitos para proteger la biodiversidad de la región y asegurar un futuro sostenible para su fauna.